¡No puede ser! fue mi primera reacción. Porque hacer el prólogo a un libro de Mario Ramírez Monard es algo que no solamente emociona, sino que se convierte en un honor. Sobre todo cuando sé que su prosa es agradable y llena de consistencia por donde se lea. Además, cuando he tenido el privilegio de conocer al amigo, colega, docente incansable, defensor de los Derechos Humanos y al hombre que, además saborea la música como si fuese poesía a su alrededor y muestra ese ser humano que es.
No estoy sirviendo de padrino de Mario, ni más faltaba, pues su obra se defiende por sí sola. Además, no lo estoy ensalzando, pues no lo requiere.
Me puso la tarea de hacer el prólogo de “P´arriba es p´allá” y eso hice, luego de leer y releer los borradores. Porque me metí de lleno desde la primera página de esta novela que narra amores, desamores, alegrías, tristezas, pero antes que nada, una miserable violencia sin descanso desde el comienzo.
Lo cierto es que Mario se identifica con la vida de una familia adolorida, signada por la violencia desde cuando se ubica en La Libertad. Una familia que busca la paz, gracias a ese amor que los une, pero la guerra de partidos, las palabras de curas y obispos en contra de lo que realmente deben predicar, hacen que las desbandadas, los desplazamientos de campesinos o familias se den de un lugar a otro.
Mario escribe con el alma y es solidario con el amor, con la lucha por defender el terruño, con las lágrimas y tristezas. Mario no se limita a contar una historia. La vive y la siente como propia
No enfoca un solo problema, sino que hace un recorrido general y lento por la historia de un país que requiere cambios, pero no se encuentran. Muestra un país donde hay ríos de sangre gracias al odio perenne, constante, diario.
Describe a la familia con todo el rigor de quien conoce bien de quién está imaginando. Bisabuelos, abuelos y padres con sus hijos. Apegos y desapegos de un hombre y una mujer que enseñan a sus hijos lo bueno de la vida a pesar de las dificultades y sufrimientos en una guerra que nunca fue de ellos pero que tuvieron que vivirla como si la hubieran comenzado.
Mario nos va llevando por la vida de una familia con sus desplazamientos y representa cada escena con total credibilidad que nos pone a luchar con ello para sobrevivir como ellos, durante todo el recorrido de la obra.
Es como si Mario hubiera habitado en cada sitio con la familia y hubiera sentido cada aguijonazo, cada punzada que la familia sentía y vivía.
Nos hace visitar regiones bellas, exuberantes, fantasiosas e increíbles, gracias a cada descripción tanto de las tierras y pueblos como de la gente.
Soy sincero si escribo que es como si todos los sentimientos se hubieran unido mientras leía la obra.
No parece una novela sobre violencia histórica, sino una realidad convertida en libro. Así alcanzo a entender a Mario.
Porque la parte final es inesperada y da un vuelco a la paciencia, a la calma de esa familia que sufrió todo lo indecible. Es un cierre que nos invita a acabar odios, intolerancia y resquemores si queremos hablar de paz, porque al igual que el país hoy, no es P´arriba es p´allá, sino p´arriba es p´atrás
Nos invita a repensar en un país diferente
El libro será presentado en Armenia en la Corporación Bolo Club el jueves 14 de marzo (2019) a las 6 de la tarde. Espero estar allí para deleitarme con la música que en el libro aparece en prosa y en la presentación del libro, esta será en vivo |
Manuel Gómez Sabogal
Entrevista realizada a Mario Ramírez