Por Andrés Macías Samboni
El escritor estadounidense, Alex Haley, no se equivocó cuando dijo que, “Las raíces nos conectan con nuestro pasado, pero también nos alimentan para soñar un mejor futuro” (1979). Dicha dicotomía (pasado futuro) tiene sentido y se vivencia en muchos territorios indígenas que desean preservar la cultura, las tradiciones y, por supuesto, la identidad originaria.
La importancia de reconocer y valorar nuestras raíces genealógicas no solo reside en la satisfacción personal de conocer de dónde venimos, sino también en la enriquecedora experiencia de conectarnos con la identidad de un pueblo ancestral que ha perdurado a lo largo de los siglos. En este sentido, eventos culturales como el Día Nasa, celebrado en Pitayó Cauca, en Colombia, el pasado 18 de septiembre, son fundamentales para fortalecer y conservar la tradición en las nuevas generaciones.
Durante mi vivencia en el décimo quinto Día Nasa, pude apreciar la profunda conexión que los habitantes de Pitayó tienen con sus raíces y la manera en la que se esfuerzan por salvaguardar y difundir su cultura. A través de danzas, música, dramatizaciones, comida tradicional y ceremonias ancestrales, se respiraba un ambiente de orgullo y respeto por la historia y la identidad del pueblo Nasa pitagüeño.
El tema de investigación de este año fue relevante, enmarcado en las “Raíces de la identidad nasa pitagüeña”, los dinamizadores se dieron a la tarea de indagar a los mayores de las diferentes veredas que conforman al territorio de Pitayó, sobre el origen de los primeros apellidos pitagüeños. Entre los que se destacan: los Calambas, los Dizú, los Pito, los Menza, los Casso, los Campo. Algunos de los anteriores tienen una simbología importante desde la lengua nasa yuwe. Por ejemplo, Dxi’j: camino, Dxi’su: por el camino, en nasa yuwe Dxi’su we’sx significa “son del camino”, luego castellanizaron el apellido a Dizú.
Es impresionante cómo a lo largo de las generaciones se ha transmitido de forma oral la historia, los valores y las tradiciones de este pueblo, manteniendo viva su identidad a pesar de los desafíos y cambios que han enfrentado a lo largo del tiempo. Esta celebración no solo es una oportunidad para aprender sobre la cultura Nasa, sino también para reflexionar sobre nuestra propia identidad y la importancia de valorar nuestras raíces. Por lo tanto, felicito a los dinamizadores pedagógicos del territorio pitagüeño, que desde su quehacer formativo cada año se esmeran para que el Día Nasa se vivencie con espíritu, alma y corazón con las “semillas” y los jóvenes, a quienes se les encomienda la preservación de la identidad nasa.
En un mundo cada vez más globalizado y lleno de influencias externas, es fundamental mantener vivas nuestras tradiciones y raíces culturales para no perder nuestra identidad y nuestra conexión con la historia. Eventos como el Día Nasa en Pitayó Cauca nos invitan a reflexionar sobre la importancia de preservar y valorar nuestras raíces genealógicas, no solo como individuos, sino como miembros de una comunidad y como parte de un legado que debemos honrar y compartir con las generaciones futuras.