Estas siete reglas que te proponemos poner en práctica en tu vida no son el único camino para tener una existencia armoniosa, pero sí son consejos básicos que, si integras a tu vida, pueden llegar a mejorar tu estado de ánimo y te ayudan a entender que la vida es solo un momento de nuestra existencia infinita.
A pesar de las dificultades que se nos presentan, tenemos la capacidad para desarrollar habilidades que nos permitan llevar el diario vivir de manera más tranquila; sólo depende de nuestra actitud y de la voluntad que tengamos para desaprender y reaprender, para replantear los prejuicios y creencias que ya están insertadas en nuestro inconsciente. Pero, ¿qué podemos reevaluar para sentirnos seres con la capacidad de transformarnos, transformar nuestras realidades y ayudar a la transformación de otros?
1. Deja de pensar demasiado
Algunas veces nos detenemos a reflexionar y darle vueltas a situaciones a las que no les hayamos respuesta, nos preguntamos constantemente y gastamos mucha energía en ello, pero este tipo de pensamientos no nos llevan a ningún lado, solo el tiempo nos da las respuestas en el momento que tiene que ser. No te desgastes en ello, seguro que así podrás dar cabida a pensamientos más realistas que concuerden con el presente en el que vives.
2. Haz las paces con tu pasado
El pasado ya ocurrió, hizo parte fundamental de nuestra vida, porque sin él no seríamos quienes somos ahora. Sin embargo, lo que ya ocurrió no se puede modificar ni tampoco los resultados de las acciones o decisiones que se tomaron. Haz las pases con él, perdona, libérate, deja ir, piensa en que tal vez estás dejando de vivir a plenitud en el presente por estar pensando en lo que fue o no fue.
3. No te preocupes por lo que los demás piensen de ti
En nuestra sociedad y como seres humanos es importante sentirnos bien con los demás. De una u otra manera nos interesa la manera como nos ven las demás personas, pero no puedes dejarte afectar por lo que piensa todo el mundo de ti. Generalmente, las personas que nos tienen envidia o que no son muy cercanas pueden llegar a criticarnos de muchas maneras; piensa si realmente estas personas te aportan o no vale la pena tenerlas cerca, porque seguro los que sí te aman y te respetan te hacen sugerencias de manera cariñosa. Y otro consejo: no hagas tú lo mismo con los demás, juzgar constantemente al otro no te trae nada bueno.
4. Dale tiempo al tiempo
A veces nos cuesta alejarnos de personas a las que amamos o este mundo que va a mil por hora no nos permite cultivar la paciencia. Sin embargo, hay algo que ayuda a curar las heridas y a comprender mejor las situaciones: el tiempo. Aunque no es sencillo alejarnos o desapegarnos de lo que nos gusta, a veces es necesario. En algunas ocasiones, cuando nos encontramos en duelo, quisiéramos quitarnos el dolor que nos invade, pero debemos ser concientes de que todo tiene un proceso y debemos darnos tiempo para que la vida se encargue de ponernos en el lugar que debemos estar.
5. No compares tu vida con la de otras personas
Es un desgaste total comparar nuestras situaciones con las de los demás, cada quien vive lo que tiene que vivir y debemos aprender a valorar mucho más lo bueno que tenemos que lo malo. Si hay cosas que queremos cambiar y si está en nuestras manos, pues debemos ponernos en la tarea, pero es una tarea inútil compararnos, pues siempre vamos a llegar a la conclusión de que el otro tiene más que yo o empezamos a cuestionar nuestra suerte en la vida. Nada de esto nos ayuda a nuestro crecimiento personal o espiritual y sí nos quita la paz.
6. Tu felicidad depende de ti
Algunas veces las circunstancias que nos toca vivir no nos permiten ver lo afortunados que somos. Sin embargo, casi siempre la vida nos pone en el camino personas o herramientas que nos ayudan a cambiar nuestro presente. Así que si quieres ser feliz, haz todo lo posible por alcanzar esa meta. Claro, mientras tu felicidad no afecte a los demás. Todo es cuestión de cambiar de actitud frente a la vida y de quejarte menos y hacer más.
7. No vivas en el futuro
Estamos acostumbrados y el mundo moderno nos alimenta esa sensación de querer hacer todo hacia futuro. ¡Error! Es bueno tener proyectos y planes que nos lleven a hacer realidad nuestros sueños, pero no es bueno dejar de vivir en el presente para estar pensando en cómo construirás tu futuro, pues nunca se sabe, el destino no existe, cualquier cosa puede pasar, entonces no te desgastes armando castillos en el aire que si no se cumplen, pueden llegar a frustrarte demasiado.
Bono
Por último, sé amable contigo, no te des tanto palo, mejora el concepto que tienes de ti mismo, ponte metas a corto y mediano plazo para que no te frustres en el camino que emprendas con miras a lograr los objetivos que quieres alcanzar. Piensa que todo es un proceso y si aprendes a fluir con la vida y a no pelear todos los días con lo malo que te pasa, vivirás de una manera más armónica y tranquila. Así que: ¡Manos a la obra!