Por Manuel Gómez Sabogal
El Viernes Santo, luego de la procesión del Viacrucis, nada mejor que charlar al calor de un café con la bella Mária Panesso Arias.
Allí, en una de las cafeterías del parque de Circasia, charlamos, escuché sus historias recientes, sus anécdotas, hablamos del amar y el querer.
Porque es emprendedora desde cuando la conozco. Estudiaba en la EAM y ya tenía una fábrica de bolsos y botas y se llamaba Kamel, su gran amor. Es decir, así como es ella, así quiere sus empresas, con nombres raros, diferentes a todos.
Imagino que, cuando en casa, al terminar sus estudios de bachillerato le dijeron que ya podía volar, lo interpretó muy bien y empezó su recorrido. Hasta creyó en las alas y que debería tenerlas o consideró que la santificarían algún día.
Joven, elegante, agradable, buena amiga de sus amigos y, antes que nada, echada pa´lante. Desde cuando la conozco inventa, innova, crea. Organiza equipos, trabaja con amigos que sean capaces de seguir su ritmo. Si no es así, les agradece y sigue.
En la EAM, se destacaba por su estudio y, además, sacaba momentos para su empresa de calzado y bolsos. Tanto, que puso un pequeño almacén, donde atendía en el tiempo libre. Iba, corría, salía, entraba. Es decir, así como ha sido ella, acelerada.
Luego, con una amiga, se inventó Litha. Pero siguió adelante con Total Services, un lugar en el Centro Comercial Bolívar, que luego vendió. Porque ella es así… Empieza, trabaja, revisa, encuentra, pero luego de un análisis, se encuentra y cambia para mejorar.
Gracias a su vocación de trabajo y deseos de salir adelante siempre, después de terminar su carrera, inició labores en SURA y adquirió una moto pequeña en la cual recorría la ciudad en busca de clientes para seguros de toda clase. Siempre, una emprendedora.
Casi al mismo tiempo, empezó a vender y alquilar casas, apartamentos, es decir, seguía haciendo, luchando, hasta cuando un día me dijo que había comprado apartamento.
Estudió luego en DEHAC Colombia y aprendió a ser coach, algo que muchos jóvenes están practicando para animar a los demás a ser mejores y a cambiar vidas. Con solo verla, anima, porque esparce sonrisas por donde va.
Ella cambia su vida constantemente. Fue así como creó Kaizen Servicios Integrales, una empresa con todas las de la ley, dispuesta a promover de todo y para todos. Tiene alianza con SURA y un portafolio que muchos envidiarían, porque a todo lo que proyecta le pone mucho amor.
Este Viernes Santo, cuando nos encontramos y me habló de lo que hace y me entrega ese bello cuaderno: “Soy mi proyecto más importante”, diseñado y elaborado por ella, quedo anonadado. Además de coach certificada, y terapeuta holística, es una maravillosa mujer.
Además, está capacitada para hacer talleres para niños y jóvenes en escuelas, colegios o en donde ellos puedan recibirlos.
Trabaja con una Fundación para personas con adicciones. Allí, realiza talleres con temas de crecimiento personal: niño interior, gestión de emociones, amor propio, creatividad, metas, hábitos…
Así es María Panesso, una joven con mucha fuerza y ejemplo para jóvenes y en especial para quienes se rinden pronto. Su estudio lo puso en práctica desde cuando estaba en cuarto semestre y por ello es quien es.
Puede que en algunos momentos haya tenido experiencias ingratas, pero nunca se ha rendido. Me encanta ver su energía irrigada por todas partes. Su cuerpo emite alegría, motivación, concentración, disciplina, amor propio.
María es una verdadera emprendedora y empresaria. Su forma de ser implica dinamismo, aventura, pasión. Tiene muchas fortalezas. Nunca se siente derrotada y eso es importante.
En su Facebook escribió: “Construyamos un Mundo de Empatía y Amor: un Llamado a la Reflexión. En un mundo donde el rol de la mujer ha sido históricamente vulnerado, es importante recordar que hablar de estas experiencias no busca victimizar ni atacar a nadie. Tanto hombres como mujeres son piezas fundamentales para la evolución de la sociedad.
Por eso hoy quiero invitarte a: destacar la importancia de crear conciencia sobre las “pequeñas actitudes” que pueden causar daño en la vida diaria, sin señalar a nadie en particular.
Escríbele o llámala y pídele el cuaderno “Soy mi proyecto más importante”
Para ella, siempre hay una frase que tiene en mente y aplica: “Este es el lugar exacto en el que debes estar en este preciso momento”…