Por Manuel Gómez Sabogal
Claro que, como siempre, faltó que se unieran por la paz y el amor. El evento tuvo muchos problemas. Protestas de gran cantidad de gente por la participación de Israel y el sábado, expulsión de Países Bajos por un problema al interior del Festival.
Soy amigo de los festivales donde se destaca la música. Porque la música es medicina y une a la gente. Sin embargo, en este caso, no hubo mucha unión ni paz.
Cuando de música se trata, nada mejor que aprovechar para ver el Festival de Eurovisión. En esta oportunidad, se realizó en Malmö, Suecia. En total, participaron 37 países. Se incluyeron cinco que no son europeos, pero que pertenecen a la UER (Unión Europea de Radiodifusión) como Australia, Israel, Georgia, Armenia, Azerbaiyán.
Las presentadoras fueron: Malin Åkerman, reconocida actriz, nacida en Estocolmo, pasó su infancia en Canadá y ha participado en películas al lado de Tom Cruise, Jennifer Aniston y Sandra Bullock. Ha sido cantante. Petra Mede, nacida en Estocolmo, es humorista y presentadora. Tiene una gran trayectoria en televisión. Habla sueco, inglés, español, italiano y francés con fluidez.
En las dos semifinales y la gran final, todos interpretaron las mismas canciones. Pensé que en las semifinales eliminaban a algunos, pero no fue así.
No hubo renovación alguna en la coreografía entre la semifinal y la final. La votación muy reñida y el ganador fue Suiza, seguido por Croacia, Ucrania, Francia e Israel. Debo sí recalcar que se escucharon las canciones en los idiomas de los países representados. Algunos vestuarios eran extravagantes, mucha licra y satanismo. Ello no fue óbice para que yo dejara de ver el evento.
Así mismo, se efectuó un homenaje a los 50 años de Waterloo, interpretación de ABBA. El público cantó con fuerza dicha canción.
Eso sí, tuve la oportunidad de ver ritmos diferentes e intérpretes con unas voces espectaculares.
Seguimos aprendiendo…