
“Había una vez un lobo que vió a un cordero en la orilla de un río y quiso comérselo ofreciendo un pretexto simple pero creíble. A pesar de estar río arriba, le acusó de no dejarle beber al revolver el agua. El cordero contestó que al estar el lobo río arriba y el más abajo no era posible que así fuera.
Al ver el fracaso, el lobo acusó al cordero de haber insultado a sus padres el año anterior, a lo que el cordero contestó que hacía un año él aún no había nacido. El lobo dijo entonces que, aunque el cordero se justificaba muy bien, no le dejaría ir y no iba a dejar de comérselo».
Moraleja: Esta fábula nos enseña que a menudo aquellos que quieren provocarnos daño no se van a detener independientemente de nuestros argumentos o de que sea o no justo.