Traducido por Luis R Castellanos
Ver a alguien usando anteojos hoy es tan común como ver a una persona usando una bufanda durante el invierno. Los anteojos son una herramienta que proporciona visión a la mayoría de las personas, independientemente de la prescripción o la forma de los ojos. Pero no siempre fue así.
El desarrollo de las gafas como tratamiento común para la vista imperfecta tomó siglos, con muchos innovadores brillantes allanando el camino hacia la visión perfecta que puede disfrutar hoy. ¿Alguna vez se ha preguntado acerca de la tecnología principal detrás de las gafas? Aquí hay un vistazo a la historia que ahora permite a millones de personas leer, conducir, realizar cirugías y disparar un arma con precisión.
ANTIGUEDADES
Se desconoce el primer inventor de las gafas portátiles. Sin embargo, los romanos descubrieron por primera vez la capacidad de usar el vidrio para mejorar su capacidad de ver texto pequeño, creando pequeñas lupas con esferas.
Las primeras gafas de vestir conocidas en la historia aparecieron en Italia durante el siglo XIII. Los lentes primitivos de vidrio soplado se colocaban en marcos de madera o cuero (u ocasionalmente, marcos hechos de cuerno de animales) y luego se colocaban frente a la cara o se colocaban en la nariz. Utilizados principalmente por monjes, estos crecieron en popularidad y la tecnología mejoró durante el Renacimiento.
Las obras de arte siguen siendo el mejor testimonio de la existencia de estos anteojos, ya que las primeras pinturas del Renacimiento a veces muestran a los eruditos usando marcos de mano o anteojos tipo percha.
Los sopladores de vidrio fabricarían lentes de diferentes espesores basándose en pruebas de visión rudimentarias. A medida que estos vasos se hicieron más populares, las creaciones italianas se extendieron por toda Europa, en su mayoría disponibles para los ricos. Debido a que la erudición era un atributo preciado durante el Renacimiento, las gafas eran símbolos de estatus de inteligencia y prosperidad.
La tecnología podría haber permanecido estancada durante varios siglos, porque la próxima imagen histórica clara de los anteojos llega durante el siglo XVIII. Los anteojos se convirtieron en «manos libres» con el desarrollo de las sienes que se extendían sobre las orejas.
Quizás las más famosas de estas gafas más modernas incluyen «Martin’s Margins«, unas gafas desarrolladas por el inventor Benjamín Martin. Actualmente, estos anteojos se venden como artículos de colección, pero fueron pioneros en la búsqueda de un desarrollo de lentes más preciso y lentes más delgados respaldados por marcos duraderos.
DESARROLLOS DESTACADOS
Después de la innovación «sobre la oreja», los nuevos desarrollos con gafas comenzaron a acelerarse. Benjamín Franklin añadió a la versatilidad de los anteojos al inventar la lente bifocal, que permitía a una persona con afectación tanto miope como miope usar un par de anteojos en lugar de dos. Hizo esto al principio cortando lentes por la mitad y juntándolos en un marco.
Otro estilo que se destacó durante este tiempo fueron los «anteojos de tijera». Estos eran anteojos que se podían guardar en el bolsillo y sacar cuando se necesitaban para ver algo importante. A algunos hombres no les gustaba usar anteojos todo el tiempo, así que esta era la respuesta: anteojos de bolsillo que se podían doblar sobre una bisagra como si fueran unas tijeras.
Cuando amaneció el siglo XIX, las gafas todavía estaban hechas a mano y no estaban disponibles para todos. Pero la revolución industrial estaba a la vuelta de la esquina, y la producción en masa de monturas y lentes facilitó mucho más a los hombres y mujeres que trabajaban obtener la corrección ocular necesaria.
A principios del siglo XIX también se introdujeron lentes cilíndricos peculiares para corregir el astigmatismo.
INNOVACIONES MODERNAS
Con la tecnología de lentes y las prescripciones precisas cada vez más asequibles durante la década de 1800, la década de 1900 vio una tendencia hacia la moda y el estilo de las gafas. Las monturas con diferentes formas, materiales y colores estuvieron disponibles para aquellos que querían anteojos que combinaran con la forma de su rostro, el color de los ojos o el atuendo.
Por ejemplo, Theodore Roosevelt usaba anteojos de pince-nez, que no tenían auriculares, sino que permanecían en su lugar con un clip nasal. Estos vidrios fueron bastante populares a principios de siglo, pero pasaron de moda a medida que se asociaron con generaciones anteriores.
En particular, los estilos cambiaron debido a la disponibilidad y el desarrollo de plásticos resistentes. Ya no era necesario fabricar todas las gafas con marcos de madera, metal o cuerno. Los plásticos se pueden moldear en muchas formas y tamaños.
El siglo XX también vio el auge de las gafas de sol. Si bien las gafas de sol se innovaron por primera vez en China durante el siglo XII, no eran para la visión ni para protegerse del sol. En cambio, se utilizaron para oscurecer los ojos de los jueces en el tribunal para que nadie pudiera determinar sus expresiones.
Otros fabricantes de anteojos experimentaron con lentes de colores, pero estos tampoco eran para protección. Solo en la década de 1900 comenzaron a usarse las gafas de sol polarizadas para la sensibilidad a la luz causada por afecciones médicas. La moda se extendió más allá de la aplicación médica y, a partir de 1929, las gafas de sol se produjeron en masa para protegerse del sol y reducir los reflejos.
Finalmente, la década de 1980 vio la introducción de lentes de plástico. Estos eran menos frágiles y podrían hacerse más livianos y delgados que sus predecesores de vidrio. Con tecnología moderna se continúa mejorando las gafas con revestimientos protectores que reducen el deslumbramiento y la luz ultravioleta.