01. El diario de Noa
Si hay un escritor especialista en no dejar un ojo seco ese es Nicholas Sparks y la adaptación literaria de uno de sus grandes éxitos no iba a ser menos. Aunque hayas podido resistirte a todas las vicisitudes que han separado a la pareja prácticamente perfecta, el final sorprendente te golpeará el corazón como una bola de derribo. Da igual que lo hayas visto diez veces.
02. Los puentes de Madison
Que la historia nos la cuenten sus hijos en flashback ya nos indica que el final no va a ser como nos gustaría, pero aún así nos desgañitamos pidiéndole a Meryl que abra la puerta de la furgoneta.
03. Forrest Gump
En 1994 Forrest ejerció de gurú de la anticipación: running, barbas, nostalgia… y nos exprimió el corazón cual primera uva de la vendimia. Si podemos mantenernos en pie con su desarmante optimismo o la muerte de su encantadora madre, el adiós de Jenny nos atesta un golpe mortal del que es imposible recuperarse sin tirar de Kleenex.
04. Brokeback Mountain
Todo el sentimentalismo que la película se ahorra a lo largo de sus dos horas y cuarto se desparrama en el momento que Enis del Mar descubre el eterno romance textil de dos camisas usadas.
05. Million dolar baby
El Clint del nuevo siglo ya no necesita armas para dejarnos por los suelos, un par de acordes de piano y dos o tres personajes charlando a media luz le bastan para devastarnos. En esta historia sobre el éxito exprés de la más adorable de las camareras devenidas en estrella del boxeo, el golpe mortal no lo lanza una rival marrullera sino una familia de sanguijuelas a las que no les importa arrastar el corazón de Maggie por la lona. Y con el suyo el de toda la platea.
06. Una pareja de tres
Owen Wilson, Jennifer Aniston, un can adorable y un título aparentemente inofensivo, ¿qué puede fallar? Que la película no sea la comedia intrascendente que todos esperamos sino un desolador alegato sobre la madurez y sus ritos de paso en el que tras cada risa se esconde una puñalada de amargura.
07. Titanic
Otra vez un flashback que nos pilla desprevenidos. Y es que si Rose se puede pasar siete décadas llorando a su amado cómo vamos nosotros a resistirnos a sollozar hasta que el acomodador nos enseñe la puerta de salida.
08. Quédate a mi lado
Julia Roberts es experta en retorcer nuestras emociones, pero si además cuenta con la colaboración de dos niños al borde de la orfandad y una Susan Sarandon casi santa ya hasta consigue que no podamos escuchar Ain’t No Mountain High Enough sin echar la lagrimita.
09. E.T.
Que una pobre criatura extraterrestre se quede sola y perdida en un planeta hostil nos parece estupendo, pero que un niño se despida de su mejor amigo nos deja con el labio tembloroso. La película con la que Spielberg emocionó a media humanidad nos enseñó el valor de la amistad y que los alienígenas no siempre visitan la tierra con aviesas intenciones.
10. Tomates verdes fritos
Cuando en un cartel de cine aparecen demasiadas mujeres sonrientes sabes que la cosa va a acabar en tragedia. Y algo de tragedia hay en esta adaptación cinematográfica de la obra de Fannie Flagg sobre varias generaciones de mujeres sureñas que demuestra que el amor, la amistad y una buena barcacoa pueden destruir cualquier forma de odio.
11. Toy Story
Pixar ha demostrado una gran maestría tanto en la animación como en aguijonearnos el corazón a base de criaturas tan mágicas como vulnerables y brutalmente humanas. La primera vez que se nos formó un nudo en la garganta mientras decenas de niñso carcajeaban a nuestro alrededor nos pilló desprevendios, en las demás ya sabíamos que entrábamos a ver un drama que ni los de Rossellini.
12. Elegir un amor
El título orginal «Muriendo joven» ya nos deja claro que vamos a sufrir como galeotes. Y ni los mohines de una Julia más encantadora que nunca ni el saxo de Kenny G nos alivian el estrujamiento de corazón al que nos somete Joel Schumacher.
13. La milla verde
La ternura del gigante que no quiere vivir por la maldad del mundo y las cabriolas de un ratón acróbata son las herramientas de las que sirvió Stephen King para conmocionarnos más que el payaso de It. Y la puesta en imágenes a cargo de Frank Darabont, que ya le había cogido la medida en Cadena perpetua, no hizo más que amplificar el drama.
14. Memorias de África
Aguantamos la sífilis, la infidelidad, el fuego y los leones con el mismo estoicismo que Karen Blixen. Pero cuando la baronesa se hinca de rodillas para pedir un espacio para sus kikuyos, brinda por la «cándida adolescencia» en un club masculino, o lee el poema de Housman en la tumba de Denis, las lágrimas se nos desbordan con la intensidad el río Mara.
15. Sociedad de los poetas muertos
Tanto discurso sobre la individualidad, la creatividad, el ingenio y el carpe diem sólo podía terminar con uno de esos finales que te estrangulan como una boa constrictor. Aunque el servicio de limpieza de la Academia Welton seguro que maldijo tanta huella del 44 sobre sus mesas centenarias.
16. La vida es bella
Como no estamos viendo La gran evasión ya nos echamos cuentas de cómo va a terminar la cosa, pero aun así hay veces que nos dejamos llevar por la esperanza y por eso el inevitable final es más demoledor.
17. Siempre a tu lado, Hachiko
Otra de esas películas en las que te sientas confiado a disfrutar de las cucamonas de un cachorrito y te encuentras con una historia de frustraciones y fidelidades eternas que te deja sin reserva de lágrimas para tres semanas.
Vía Vanity Fair
Falta «El Campeon»