Mientras desayunan, le dice la mujer al marido en tono de reclamo:
– ¿Sabes?, anoche, cuando dormías, me estabas insultando.
– ¿Y quién te ha dicho que dormía?
La mujer le dice al marido:
– Oye, CARLOS, ¿Nunca se te ha ocurrido comprarme flores?
– ¿Para qué? Si todavía estás viva.