John Gottman, experto en relaciones con 40 años de experiencia, dice que tan solo escuchando a una pareja durante 5 minutos es capaz de determinar, con un 91% de precisión, si acabarán separándose. Gottman, que lleva investigando sobre matrimonios durante 4 décadas, ha escrito un libro llamado “The Seven Principles for Making Marriage Work” (Los siete principios para que un matrimonio funcione), en el que aclara varios mitos y por qué algunas parejas se llevan tan mal y otras tan bien. Según el especialista hay 4 cosas fundamentales que acaban con la mayoría de las relaciones.
1. Las críticas
Quejarse está bien, pero cuando las críticas atacan a la persona y no a su comportamiento, es cuando las cosas empiezan a ir mal. Si a una persona se le olvida hacer algo que su pareja le ha pedido, no quiere decir que sea una mala persona o que no le importe el otro. No es lo mismo hacer algo tonto que ser tonto.
2. El desprecio
En esta categoría se incluyen los insultos, los gestos de desprecio, la burla y el humor hostil. En cualquiera de sus formas, el desprecio es el peor de los cuatro puntos, ya que es venenoso para una relación. Este explicó: “Es virtualmente imposible resolver un problema cuando tu pareja está recibiendo el mensaje de que estás enfadado con él o ella”.
3. Estar a la defensiva
“La actitud defensiva es en realidad una forma de culpar a tu pareja. La actitud defensiva solo intensifica el conflicto, por eso es tan mala”, dice el experto.
4. Obstruccionismo
La actitud obstruccionista supone cortar la comunicación con el otro y no dar ningún crédito a lo que el otro dice. Esta actitud cerrada no solo muestra desconexión, sino que implica anular a la persona de la relación. En este sentido, Gottman dice que no son las diferencias de opinión las que destruyen las relaciones, sino cómo las enfrenta la pareja. En este sentido, señala que el 69% de los problemas de la pareja son perpetuos, es decir, no desaparecen y muchos siguen discutiendo sobre lo mismo durante años. Este dice: “La mayoría de las discusiones matrimoniales no pueden ser resueltas. Las parejas pasan año tras año tratando de cambiar la opinión del otro, pero no pueden. Esto pasa porque la mayoría de los desacuerdos tienen su origen en las diferencias fundamentales de su estilo de vida, personalidad, o valores”.