La mala relación con un superior es la causa número uno de renuncia, según un estudio de Gallup; lamentarte y criticar no mejorarán el problema, aprende a lidiar con un mal líder sin estancarte.
Tienes un jefe ‘sexista’ y que toma todo el crédito por sí mismo. O tal vez piensa que no tienes vida fuera del trabajo, y cambia continuamente los plazos de entrega. Los malos superiores puede estar en todas las organizaciones, lo importante es cómo lidiar con ese tipo de gestión.
«La mayoría de los jefes asciende a sus cargos sin una formación en liderazgo y sin ningún tipo de desarrollo personal formal», indica John Hoover, autor del libro «Cómo trabajar para un idiota». Algunos de ellos se limitan a imitar los estilos de gestión de sus predecesores.
La escena del empleado a disgusto con quien lo dirige en el trabajo es común entre los mexicanos. 7 de cada 10 piensa que podría mejorar el desempeño de su jefe, de acuerdo con una encuesta del portal laboral Monster.com.
La inconformidad no termina ahí. Según un análisis de la firma de mercados Gallup en Estados Unidos,una mala relación con el superior es la razón número uno para renunciar, superando a otras causas como el aumento de tareas laborales.
La psicóloga industrial Berenice Espinoza explica que en un jefe incompetente es por lo general una persona insegura. John Hoover se refiere a ellos como «jefes-i» (idiotas), personas que cuando un empleado sobresale sienten una «punzada» de humillación.
¿Cómo saber si se trabaja con un jefe-i? El autor subraya una característica común en ese perfil: fracaso para mantener una comunicación efectiva. Esto puede ser porque la persona desconoce los temas cruciales en su área o, simplemente, porque no sabe cómo dirigirse a sus empleados.
Hoover también habla de los jefes maquiavélicos. A quienes no les importa a quién o qué tengan que pisar para alcanzar la cima. A diferencia del maquiavélico, el jefe tipo «i» se enfoca en actividades de poca importancia y esperan que el colaborador se sume a la «confabulación». En caso de no ser así, el jefe comienza a acosar al empleado.
«Un jefe idiota es el que se siente preocupado por la magnitud de pendientes en su equipo», cita John Hoover. Además, es incapaz de delegar adecuadamente y repite el trabajo porque busca perfección sobre algo que suele desconocer.
Se debe reconocer que no todos los superiores llegan al puesto con destreza para desempeñarlo. Sin embargo, es quien dirige, y hay que lidiar con él o ella si se quiere tener una trayectoria en ese empleo, explica Espinoza.
Fingir que un jefe con estas características es de tu agrado, puede ser una de las primeras medidas en mente para sobrellevar el problema. El riesgo de esta decisión es que habrá quien te ubique en la misma categoría que tu jefe-i y por ello no confíe en ti o no te incluya en ciertos proyectos. Lo importante es limitar los comentarios sobre ese jefe y saber con quién emitirlos.
John Hoover, ex ejecutivo de Disneyland Entertainment y asesor en liderazgo empresarial, a través de su sistema Fearless Leadership, señala algunas técnicas para sobrevivir a los jefes-i:
1. Conócelo a detalle
Observa las rutinas y los rituales de tu superior para saber qué conductas le gusta y, en consecuencia, conocer sus puntos vulnerables. ¿De qué le agrada hablar? ¿Qué tipo de palabras utiliza el jefe-i cuando es positivo? Aprende esos términos y empieza a asociarlos con situaciones con las que quieres ser reconocido de manera positiva en el trabajo. «Totalmente», «increíble» son indicadores de confianza de que a ese superior le satisface algo.
2. ¿Quieres trascender?
Si quieres desarrollarte en esa empresa debes buscar la manera de avanzar, sin que ello implique que pasarás por encima del jefe. Para mejorar la relación con él o ella, en lugar de desafiarlo constantemente, trata de «comunicarte»; eso será tu mejor aliado. Toma nota de las palabras y frases que destacan en su conversación y sugiere algún libro, página, estudio, etcétera, que pueda resultar de su interés. Es una manera para mantener una buena relación (aunque no sean grandes amigos) y conseguir que te deje trabajar. Recuerda que no hacerse eco de sus intereses puede molestar al jefe i.
3. Conéctate
Buscar justicia es bueno, pero la realidad es que no te puedes desgastar en quejas de por qué te toco ese jefe y sobre lo mal que la pasas. Concéntrate en ser lo más efectivo dentro de la organización en la cual elegiste trabajar, señala John Hoover. Siempre saldrás mejor ‘librado’ si tratas de conectarte con el jefe incompetente, incluso a través de hacer algún cumplido (sin caer en el exceso). Si el director de la empresa es astuto y tú eres hábil se reconocerá que tu éxito no tiene que ver con el jefe i, sino con tu destreza y trabajo para cumplir los objetivos.
4. Cuida tus comentarios
Por muy tentador que resulte, siempre es recomendable que evites sumarte a la ola de gente que habla detrás del jefe. Es mejor tratar de mantenerse en un punto neutro. Si en algún momento ese superior debe ‘salvar’ a alguien de su equipo ¿a quién crees que elegirá? A quien lo acabó en críticas, o a quien supo reservarse. Lo peor que podría sucederte es que los superiores de tu jefe te sorprendan riéndote de él o ella, y eso, «no sumaría muchos puntos a cualquier plan que tuvieras de mejorar tu futuro», detalla John Hoover.
5. Recuerda lo básico
Cuando tienes un superior incompetente hay dos caminos: o lo asimilas y sigues avanzando, o te estancas en lamentaciones y en ver cómo hacerle la vida pesada. La pregunta es si eso último, a largo plazo, te será rentable o sólo te agotará. Para sintonizar con esa situación y buscar la manera de que no te frene la relación con el jefe, piensa lo siguiente: En la oficina, tu jefe- i tiene poder, pero fuera de ella tú lo tienes. Esa persona no puede controlar tus pensamientos, emociones y deseo de proyección, eso depende de ti.