
Traducido por Luis R Castellanos de DMN
Crear una rutina nocturna significativa puede ser la clave para la felicidad y el bienestar general.
Al fin y al cabo, las noches son el momento ideal para pasar del ajetreo del día a un momento más reflexivo y tranquilo.
Cuando empecé mi carrera como escritora (tras años en marketing digital), no pensaba mucho en cómo mis hábitos nocturnos afectaban mi creatividad y mi perspectiva.
Pero al profundizar en la ciencia del comportamiento y la psicología, me di cuenta de que lo que hacemos entre la hora de salida y el sueño profundo determina cómo nos presentamos a la mañana siguiente.
Hoy quiero compartir nueve maneras en que las personas que constantemente reportan altos niveles de felicidad pasan sus noches. Cada una de estas ideas se basa en la observación personal, la investigación científica y los conocimientos que he adquirido al leer extensamente sobre la psicología de la toma de decisiones.
Te guiaré a través de cada punto, con la esperanza de que te inspire para que puedas perfeccionar tu propia rutina al final del día.
1 – Reflexionan sobre el día
¿Has notado lo fácil que es terminar la noche apresuradamente sin tomarse un momento para repasar lo sucedido?
Las personas más felices no se dejan caer en el sofá sin parar a repasar los eventos del día. En cambio, dedican unos minutos —a veces en un diario, otras en silencio— a anotar los altibajos y las lecciones aprendidas.
Esta práctica no se trata de obsesionarse con los errores ni exagerar los éxitos. Se trata de reconocer lo sucedido.
Investigaciones de Harvard Business Review han demostrado que unos minutos de reflexión diaria pueden aumentar la productividad y fortalecer el propósito.
Por experiencia propia, escribir un diario me ayudó a identificar patrones en mi vida diaria; por ejemplo, una llamada estresante por la mañana a menudo me hacía saltarme el almuerzo. Una vez que identifiqué ese patrón, pude abordarlo con mayor eficacia.
¿El verdadero beneficio? Al reflexionar sobre el día, reconoces tus logros y errores sin arrastrarlos al día siguiente. Esta limpieza mental puede sentar las bases para una tarde más tranquila y una mañana mejor.
2 – Se desconectan
Uno de los mayores obstáculos a los que me enfrenté cuando era marketer digital era estar pegado a mis dispositivos hasta altas horas de la noche.
Me encontraba revisando análisis, respondiendo correos electrónicos y, básicamente, dejando que mi teléfono secuestrara mi tiempo libre. Las personas más felices, en cambio, suelen establecer un límite claro entre la vida laboral y la personal desconectando a una hora determinada.
Leí un consejo de Cal Newport, conocido por su concepto de «trabajo profundo», donde enfatizaba la importancia de programar un final definitivo para la jornada laboral.
Esto se debe a que nuestros cerebros necesitan un descanso del flujo constante de notificaciones para recargarse y pensar de forma más profunda y relajada.
Si alguna vez te has sentido culpable por ver tu serie favorita en exceso, piensa en esto: dejar que tu mente descanse no es una pérdida de tiempo; es una inversión en tu bienestar. Desconectar no significa necesariamente desconectarse. Simplemente significa dedicar un tiempo sin teléfono, ya sea durante la cena, una hora antes de acostarse o mientras lees.
3 – Cultivan la gratitud
Todos hemos escuchado el consejo: «Cuenta tus bendiciones». Pero hay una razón por la que lo seguimos escuchando: resulta que funciona.
Las personas más felices cambian constantemente su mentalidad para apreciar lo bueno en lugar de obsesionarse con lo malo.
Me viene a la mente una cita: «Sentir gratitud y no expresarla es como envolver un regalo y no darlo». En otras palabras, reconocer los aspectos positivos de tu vida tiene un gran poder cuando realmente los nombras, ya sea en voz alta o por escrito.
Algunas personas llevan un diario de gratitud, anotando tres cosas por las que están agradecidas cada noche. Otras comparten algo que aprecian con su pareja o familia.
Ya lo he mencionado antes, pero un hábito sencillo que adopté, desde mi época en marketing, fue enviar una breve nota de agradecimiento (por correo electrónico, mensaje de texto o incluso en persona) a quien me ayudó ese día.
Ese pequeño gesto siempre me levantaba el ánimo y también fortalecía mis relaciones.
4 – Practican la atención plena (mindfulness)
Seamos realistas: vivimos en un mundo que nos bombardea constantemente con distracciones. Las personas más felices dedican unos momentos por la noche a practicar la atención plena o la meditación.
Esto puede consistir en respiración concentrada, una sesión rápida de yoga o incluso unos minutos sentados en silencio sin teléfono.
Los beneficios están respaldados por múltiples estudios que demuestran que la atención plena puede reducir el estrés, mejorar el sueño e incluso aumentar la satisfacción general con la vida.
No tiene que ser algo sofisticado ni espiritual si no te apasiona. Puede ser tan simple como inhalar y exhalar lentamente cinco veces. Este pequeño reinicio funciona como un interruptor de apagado mental, liberándote de los pensamientos acelerados mientras te relajas.
5 – Planifican el mañana
No podemos hablar de las tardes sin mencionar el mañana. Cuando empecé a escribir a tiempo completo, solía despertarme cada mañana algo desorientado, con un montón de tareas pendientes y sin un plan claro.
Con el tiempo, trasladé esa sesión de planificación a la noche anterior. Incluso las personas más felices que he observado hacen algo similar: planifican las tareas principales del día siguiente o al menos anotan algunas tareas imprescindibles.
Como escribió Greg McKeown en «Esencialismo»: «Si no priorizas tu vida, alguien más lo hará». Establecer prioridades claras la noche anterior te permite decidir hacia dónde vas a dirigir tu día, en lugar de dejar que tu bandeja de entrada o solicitudes aleatorias lo hagan por ti.
Algunas personas prefieren una lista escrita a mano, otras usan herramientas digitales, pero el principio sigue siendo el mismo: acostarse con un plan te ayuda a descansar mejor, sabiendo que tienes tus próximos pasos planeados.
6 – Conectan con los demás
Las personas más felices no se aíslan en su rutina nocturna, al menos no del todo.
Ya sea hablando cara a cara con su pareja, enviando mensajes a un amigo cercano o teniendo una conversación significativa con un compañero de piso, encuentran la manera de compartir un momento de su día.
Hay algo increíblemente reconfortante en escuchar la perspectiva de otra persona y ofrecerle apoyo o humor a cambio.
Cuando estaba inmerso en campañas de marketing, me di cuenta de que mi estado de ánimo se desplomaba si pasaba la noche solo frente al portátil. Así que me propuse tener al menos una llamada de cinco minutos con un amigo cada día o salir a caminar y charlar con los vecinos.
Esta sensación de conexión puede mejorar drásticamente tu estado emocional y no requiere una reunión elaborada, solo un intercambio genuino de pensamientos y sentimientos.
7 – Disfrutan de su pasatiempo favorito
No podemos vivir solo de la productividad. Las personas más felices reservan tiempo para disfrutar de algo que realmente les brinde alegría, ya sea leer una novela, pintar, tocar un instrumento o incluso cocinar una nueva receta.
Se trata menos de la actividad en sí y más de hacer algo que se sienta gratificante y personal.
Recuerdo una época en la que estaba tan inmerso en el trabajo con clientes que descuidé mis aficiones. Después de un tiempo, noté que mi motivación decaía y mi creatividad menguaba. No fue hasta que retomé el senderismo (aunque en algunos casos eran caminatas nocturnas más cortas o incluso recorridos virtuales) que noté que mi energía se recuperaba.
Dedicarse a un pasatiempo antes de acostarse también puede darte una sensación de logro más allá de tu vida profesional. Cuando inviertes en intereses personales, te estás diciendo a ti mismo que tu felicidad importa tanto como todo lo demás.
8 – Tienen una rutina de relajación
Las personas más felices suelen tener algún tipo de rutina de relajación.
Podría ser tan simple como atenuar las luces, preparar una infusión y leer un poco. O quizás tomar una ducha caliente, ponerse un pijama cómodo y escuchar música suave. El objetivo es indicarle a tu cerebro que es hora de cambiar de ritmo.
Según la Fundación del Sueño, establecer un ritual antes de dormir puede ayudarte a conciliar el sueño más rápido y a disfrutar de un descanso de mayor calidad. Piensa en ello como una rampa de acceso para tu cuerpo y tu mente.
En lugar de tirarte a la cama de golpe, te creas una zona de protección. Ese pequeño detalle puede cambiar tu perspectiva por completo al amanecer.
9 – Celebran los pequeños logros
Al final del día, son los pequeños pasos los que nos llevan adonde queremos ir.
Las personas más felices lo saben, así que se toman un momento para celebrar incluso los logros más pequeños: tal vez por fin resolviste ese correo electrónico difícil que tanto temías o lograste hacer ejercicio un rato.
No esperan a los grandes logros para felicitarse.
Este hábito de reconocer el progreso gradual es crucial. Estudios en psicología positiva suelen vincular la celebración de los pequeños logros con una motivación sostenida.
Es una reacción en cadena: reconoces que lograste algo, te sientes bien y ese impulso positivo te anima a hacer más de lo mismo mañana. Es como alimentar tu propio motor de felicidad.
En resumen
En última instancia, lo que hacemos antes de acostarnos puede influir profundamente en nuestra perspectiva, productividad y bienestar.
Al reflexionar sobre el día, desconectar, cultivar la gratitud, practicar la atención plena, planificar con antelación, conectar con seres queridos, disfrutar de un pasatiempo, adoptar una rutina relajante para desconectar y celebrar los pequeños logros, nos preparamos para un mañana más tranquilo y feliz.
En DM News, creemos firmemente en el poder de los hábitos, especialmente en aquellos que nos ayudan a encontrar el equilibrio entre nuestras ambiciones y nuestra salud mental.
Al diseñar una rutina nocturna que se sienta intencional, te das la mejor oportunidad de despertarte con energías renovadas y listo para afrontar nuevos retos. Y eso es algo que todos podemos celebrar.
Entonces, ¿cómo podrías optimizar tus noches para tener más alegría y satisfacción? Quizás sean solo cinco minutos de reflexión tranquila o desactivar las notificaciones a una hora específica.
Elige una o dos de estas ideas y observa cómo cambian tu perspectiva. Con un poco de constancia, puede que tus noches se vuelvan tan plenas como tus días. Y ese es un logro que vale la pena disfrutar.