Sin importar si usted lidera o es parte clave de un equipo humano en una empresa, unidad de gobierno o asociación sin fines de lucro, usted merece contar con una estrategia y filosofía clara, conocida, compartida y ejecutada por cada persona que presta servicios interna o externamente en su organización.
Si su objetivo es llegar de lo que su organización es hoy en día a lo que merece ser en el futuro, usted necesitará, metafóricamente hablando, un vehículo como medio para llegar a ese destino inspirador merecido por colaboradores, gerentes, directivos, accionistas, clientes y proveedores.
Ese vehículo debe estar dirigido hacia donde quiere ir su gente, el conductor debe saber hacia dónde va y ser capaz intelectual, emocional y físicamente para conducir de la manera más efectiva, productiva, rentable, ética y segura posible. El copiloto y los pasajeros debe también ser competentes y sentirse motivados con el viaje y el destino. Y el vehículo debe estar en extraordinarias condiciones mecánicas y eléctricas.
Pero quizás lo más importante de esta metáfora es la de alinear y balancear los neumáticos. Cada neumático representa uno de los cuatro componentes estratégicos de una organización: Gente, procesos, recursos y resultados.
De nada sirve contar con visión, misión y valores declarados, sino atendemos estos cuatro aspectos críticos de éxito.
Podemos tener los cuatro cauchos alineados hacia donde queremos ir. Pero si no garantizamos que estén balanceados, el viaje se hará insoportable, el temblor de tan sólo una llanta causará desperdicio de energía y combustible, desajustará el tren delantero y hasta podrá causar errores de manejo por parte del conductor y accidentes lamentables.
Es tarea de todos, no sólo de los líderes y directivos, sino de todos los pasajeros de ese vehículo empresarial o social, garantizar que la estrategia y filosofía se combinen con una organización alineada y balanceada.
Fernando Sánchez Arias
Tomado de El Universal