Alta consideración por otros
«Cuidado, responsabilidad, respeto y conocimiento son mutuamente interdependientes.»
– Erich Fromm
Las personas que lideran a otros no pierden la oportunidad nunca de mostrar la alta consideración que sienten por su gente, y en general por las personas. Decirles lo mucho que los aprecian y estiman. Agradecer los servicios que han recibido y el apoyo que han obtenido.
He podido comprobar que uno de los incentivos que la gente aprecia más, y que recompensa aun el no tener el ingreso deseado, es el sentirse altamente considerado por su o sus jefes y también por sus colegas y compañeros de trabajo. Lo mismo siento que ocurre en el hogar, cuando los esposos de muestran consideración mutua, o entre hermanos, o de hijos a padres y viceversa.
Me decía la semana pasada una gerente amiga mía: Mi jefe me dijo que me apreciaba como empleada y como amiga, y eso me hizo sentir importante y valiosa para él y para la organización.
El asunto es tomarse el tiempo para mostrar a la gente que trabaja a nuestro lado, a quienes nos sirven a menudo, a quienes son nuestros proveedores, que nos interesan de verdad. Preguntarles acerca de su vida, con cuidado de no entrometernos, escucharlos con paciencia acerca de lo que les viene ocurriendo, sus situaciones y problemas, las decisiones que necesitan tomar, sus dilemas de vida y profesionales, incluso asuntos familiares que desean que escuches.
Mientras más respeto, admiración, afecto o cariño sientan los empleados que su jefe o supervisor les profesan, más compromiso, empoderamiento y lealtad mostrarán hacia esa persona y hacia la organización.
Cuando existe ausencia de consideración es porque no hay reconocimiento al trabajo bien hecho de cada día, aprobación de los logros ordinarios y extraordinarios, falta de aprecio por la persona, por su familia, que se demuestra por el desprecio al cumplimiento del horario, produciendo juntas y reuniones en horas inapropiadas que retrasan la salida de los empleados. La no existencia de comprensión ante la vida familiar y personal, el deseo de superación del empleado traducido en su dedicación al estudio, en fin es la falla en poner atención a las vidas de las personas con quienes trabajamos.
La herramienta más importante de la consideración es la escucha. En la planificación de la jornada, el tiempo de dedicación a escuchar a la gente que trabaja contigo es prioritario. La proporción escuchar – hablar debe ser 80:20, más bien es la desproporción, pues la escucha es la que debe ocupar la mayor parte del tiempo de la gerencia.
Cuando prestas atención y escuchas con cuidado demuestras interés y alta consideración a las personas. No te distraigas cuando estés conversando con alguien, ponle plena atención. Olvida tu computadora, tu teléfono celular, las otras personas. Compórtate como si fuera la única persona en el mundo. Usa esos breves minutos para demostrarle que es importante y que escuchas con todo tu ser.
Pasea por las áreas de la empresa. Habla con las personas, saluda a todos. Ocúpate de los que menos son atendidos por los demás: personal de vigilancia, mantenimiento, limpieza. De los más tímidos, los callados, los que no conoces o conoces poco. Presta atención a los detalles, y desarrolla tu memoria para llamar a la gente por su nombre. Si existe comedor en tu empresa, come con gente distinta cada vez que puedas.
Dale tu alta consideración a todos y verás cómo florecen excelentes personas a tu alrededor.
Adrián Cottin
Blog de Adrián Cottin. Imagen tomada de Punto Inversiones