Todos tenemos momentos en que no nos sentimos inspirados ni motivados por lo que estamos haciendo, pero hay soluciones.
Es una parte inevitable de tener un trabajo: en algún momento todos sentimos que nos falta un poco de inspiración. Quizá no te enloquece un nuevo proyecto o simplemente no encuentras la motivación suficiente para terminar algo que has estado postergando; cuando te llega ese sentimiento, te das cuenta de ello porque bloquea tu capacidad para hacer las cosas.
¡Y eso está bien! Por lo general es un problema que tiene solución y en muy pocas ocasiones resulta ser el escenario apocalíptico que a veces parece.
“Usualmente las personas pierden su motivación porque su trabajo ya no les parece significativo, y eso puede manifestarse de varias maneras”, comentó Liz Fosslien, coautora de No Hard Feelings, un libro que analiza cómo las emociones afectan nuestra vida laboral. “Puede suceder que hayas perdido de vista el impacto que tiene tu trabajo en un nivel más amplio”.
Perder el ánimo puede suceder en cualquier momento, añadió Mollie West Duffy, la otra coautora de No Hard Feelings, y en ocasiones puede que no te des cuenta de que estás decaído hasta que alguien más te lo hace notar.
“Con frecuencia sucede que no te sientes motivado porque tu objetivo es demasiado ambicioso”, dijo Fosslien. “Entonces, ¿qué tal si lo reduces a minilogros? Por ejemplo: ¿qué puedes hacer hoy que puedas marcar como terminado al terminar el día?”.
Hasta las pequeñas unidades de avance, como enviar un correo electrónico que llevas años queriendo escribir, pueden contribuir a que haya una sensación de logro, lo cual puede incrementar tu motivación en general, afirmó Fosslien.
No obstante, tachar las tareas de tu lista de pendientes no es de gran ayuda si estás en una espiral de falta de inspiración. En ese caso, enfocarte en tus relaciones laborales en vez de en tu trabajo real puede recordarte el impacto que tienes.
“Toma nota de la forma en que tu trabajo tiene un impacto en las personas con quienes trabajas. No siempre hay un impacto externo de toda la empresa, pero sí hay un impacto interno”, añadió Fosslien.
Dijo que una técnica que le ha funcionado muy bien consiste en tomarse un descanso durante el día y escribir tres maneras en las que tu trabajo ha ayudado a tus colegas. Estos pequeños momentos pueden contribuir a que tu mente recuerde que, incluso cuando estás lidiando con falta de motivación, puedes seguir ayudando a quienes te rodean.
“Busca por todos lados pequeños recordatorios del efecto que tiene tu trabajo, ya sea en tus colegas, en la gente en la que tu empresa genera un impacto o en quienes repercuten tus proyectos personales”, dijo Fosslien.
En efecto, alimentar esas relaciones con frecuencia puede ser la motivación que buscas: las investigaciones han demostrado que la motivación en el trabajo a menudo proviene de trabajar con personas que te importan, y quienes tienen amigos en el trabajo suelen considerarlo más satisfactorio. De acuerdo con una encuesta de Gallup de 2018, “cuando los trabajadores tienen un profundo sentido de conexión con los miembros de su equipo, tienen motivación para realizar acciones positivas que beneficien el negocio… acciones que ni siquiera considerarían si no tuvieran una muy buena relación con sus colegas”.
No obstante, cuando no funciona nada eso y simplemente no logras encontrar esa chispa de inspiración, recurre a una estrategia comprobada: tómate un descanso de tu trabajo.
“A menudo, cuando el trabajo se siente como algo negativo se debe a que estamos trabajando demasiado y está rebasando nuestra capacidad mental”, dijo West Duffy. “Recuerda que el trabajo no te define y solo es una parte de ti”.
Fosslien añadió: “Cuando el sentimiento negativo es demasiado perceptible, es el momento más difícil para tomarse ese descanso, pero también es el momento más importante para buscar algo no relacionado con el trabajo que te dé alegría”.
Y concluyó: “Sigue haciendo las cosas que te aligeran el ánimo”.
Vía New York Times