Siempre a principios de año queremos hacer una lista de las resoluciones que vamos a cumplir a lo largo del nuevo año. Hacemos listas con cosas como comer más vegetales, ir al gimnasio, perder peso. En fin, hacer más de lo que es bueno para nosotros y menos de lo que es malo. Buscamos lo mejor y tratamos de desechar lo peor. Y para muchos, el tener una relación más sana y plena está en los primeros lugares de la lista. Y entonces, ¿cómo mejorar tu relación, sin tener que cambiar? ¿Es posible?
En nuestro apuro para mejorar las cosas, no nos damos cuenta que muchas de las cosas que hacen que una relación se haga difícil, son cosas que no se pueden cambiar fácilmente. Son cosas que dependen en quiénes somos y cuáles son nuestros valores y creencias. Cosas que nos pueden volver locos irremediablemente.
La necesidad de tu pareja de tener momentos de soledad, o la necesidad de salir a paseos al aire libre. La tendencia a hacer varias cosas a la vez, o el constantemente no saber dónde puso tus llaves.
Este año, en vez de hacer una lista con las metas a cumplir, con las cosas que debes cambiar, ¿por qué no te comprometes a no cambiar?
Claro, no es que vas a vivir una vida miserable con una pareja que te ignora o que no se porta bien, o que te hace dormir en el sofá. Y no es que tampoco puedas hacer la resolución de salir del trabajo antes o aprender a perdonar.
La idea es que aceptes a tu pareja tal como es.
Incluyendo su desorden, sus manías, su carácter, los zapatos tirados en la sala, su procastinación, sus chistes malos.
¿Crees que es imposible?
Pues no lo es…
(Procastinar: diferir, aplazar, de acuerdo al DRAE)
Veamos algunos consejos que pueden ser útiles:
01. Toma las cosas buenas
Existe mucha documentación que habla acerca del valor de la gratitud. Igual con el prestar atención a los aspectos satisfactorios y buenos de la vida. Si quieres llevar una vida pacífica y tranquila, es crucial que te enfoques en lo que aprecias, en lo que te hace sonreir, en lo que te hace feliz, lo que te dice todos los días que escogiste a la persona indicada.
02. Mide bien tus quejas
Si tu pareja es atorrante, ¿qué te puedo decir? Cada uno de nosotros, puede ser atorrante a su manera (o intens@).
Aún, hay cosas con las cuales no podemos seguir viviendo: migas de pan en la cama, las casa desordenada, o una pareja que nunca se disculpa o insiste en que siempre tiene la razón. Pero con las cuales hemos estado viviendo desde hace años. ¿Crees que son motivos para separarse? Probablemente no.
A menos que quieras divorciarte en este año, trata de no enfocarte en las cosas malas.
03. Ten los pies en la tierra
Muchas veces, la falta de felicidad viene por estar soñando con un mundo ideal, idealizando una pareja perfecta, en una relación perfecta, que creemos que todos tienen.
¿Crees que hay cantidades de personas perfectas esperando por ti? ¿Y crees que esa persona perfecta hará caso omiso a tus imperfecciones?
04. Explora otros mundos
Mientras más rápido aprendas a tolerar y aceptar que tu y tu pareja no son iguales, y no son un solo ente, más feliz serás. ¿Piensas que lo que tu dices es santa palabra? ¿Que las cosas se hacen sólo como tu dices? Probablemente no es así.
Todos tenemos nuestra manera de hacer las cosas. Salir de tu zona de confort te hará más flexible (y menos egocéntrico), y ambas cosas son buenas.
05. No trates de cambiar a las personas
Mucho de lo que ocurre en la vida escapa de nuestro control. La política, el clima, y cómo se comporta nuestra pareja. Aprender a aceptarlo no es una tarea fácil.
Mientras que tenemos alternativas acerca de lo que podemos hacer nosotros, tenemos cero habilidad para cambiar o controlar a los demás.
Es lo suficientemente retador cambiar las cosas que debemos cambiar en nosotros, como para gastar energías tratando de cambiar al resto del mundo.
Podemos enloquecer y enfurecernos, o podemos aceptarlo.
06. Ríe
Bueno, la otra alternativa es enloquecer, por lo que no tienes otra opción.
Reir acerca de las cosas que no puedes cambiar crea un espacio y añade perspectiva. Es el supremo acto de aceptación.
07. Abre tus brazos
Cuando se trata de felicidad en la pareja, la generosidad le gana a todas las cosas, sin discusión.
Aprender a amar y a aceptar a tu pareja como es, será mejor si te enfocas en ser tan amable y generoso como se pueda. Cuando no damos todo nuestro amor y cariño, somos mezquinos con nuestra pareja y consecuentemente con nosotros mismos.
Ser generoso es poder decir: reconozco que eres imperfect@ y te quiero como eres. Es decir: estoy dispuest@ a perdonar tus defectos y limitaciones, aun cuando representa un gran reto para mi.
A pesar de que no hay garantía, un clima de generosidad aumentará las posibilidades de que nuestros defectos y limitaciones sean perdonados también.