El crecimiento personal implica asumir el compromiso de invertir tiempo y energía en nosotros mismos. El tiempo es el mejor maestro, dicen los sabios, porque nos permite conocernos a fondo, identificar nuestros sueños y hallar el camino correcto, no según el resto del mundo, sino a discreción propia.
Durante el proceso, vamos desmenuzando el auténtico sentido de la vida, el secreto para la felicidad y la importancia de recopilar experiencias en lugar de objetos materiales. Sin duda, elegir el camino del crecimiento personal hace que un individuo nunca vuelva a ser el mismo, porque construye una base de equilibrio sólida entre lo que es y lo que quiere ser.
Los beneficios de adentrarse en este viaje son infinitos, a continuación, compartimos contigo 5 de las mejores razones habidas y por haber para abrirle la puerta al crecimiento, los cambios y las oportunidades. ¡El momento es ahora!
1. Crecer desarrolla tus habilidades
El proceso de crecer exige hacer una introspección profunda, ya que el primer paso para transformar tu vida es conocerte a ti mismo.
En el camino, detectarás tus puntos débiles y fuertes, lograrás ser consciente de ellos como nunca antes, y aceptarlos como propios. ¿Que cómo puede ayudarte esto? Una vez que hayas identificado cada mínimo detalle de ti, sin importar si es “bueno” o “malo”, descubrirás que es más sencillo darse la oportunidad de desarrollar al máximo tu potencial y asumir retos.
Por supuesto, deberás invertir tiempo en ello, nadie nace con conocimientos implantados y eso significa dedicarte a exprimir tus fortalezas para obtener grandes recompensas.
2. Crecer fortalece tu Inteligencia Emocional
Existe una amplia relación entre el crecimiento personal y la inteligencia emocional. Una persona que rechaza los cambios y se rehúsa a afrontar desafíos tiende a sufrir más los efectos de bloqueos emocionales y reacciones inesperadas.
En cambio, verse expuesto a situaciones y experiencias nuevas que nos obligan a interactuar con gente distinta o aprender nuevas habilidades facilita que nos sintamos relajados incluso en momentos de gran tensión. Así, nos convertimos en amos y señores de nuestras emociones.
3. Crecer te enseña resiliencia
En la vida se presentan “momentos de vida o muerte” que implican tomar decisiones apresuradas, a veces en contra de nuestra voluntad. No es sencillo aprender a perdonar y perdonarnos cuando eventos dolorosos nublan el panorama, sin embargo, la resiliencia es una de las habilidades más importantes que seguramente conquistaremos a lo largo de la vida, e invertir en nuestro crecimiento personal es una gran forma de acceder a ella.
El arte del crecimiento personal nos enseña que los tiempos difíciles muchas veces suponen el final de una etapa que debemos cerrar para dar paso a una nueva. Además, lo que llamamos problemas suele ser siempre una oportunidad para aprender cosas nuevas y madurar.
4. Crecer significa éxito en las relaciones personales
Cuando nos tomamos el tiempo y energía para trabajar en nuestro crecimiento personal, comenzamos a notar cosas que antes ignorábamos; una de ellas es la importancia de construir y mantener relaciones de calidad, y evitar a toda costa las relaciones que no nos aportan nada. Además, tendrás mayor confianza en ti mismo y perderás la timidez, podrás relacionarte con personas sin sentir miedo.
5. Crecer a menudo te hará más feliz
Para ser feliz, primero debes ser libre. Quitarte las ataduras y las cadenas hará que puedas cumplir tus objetivos sin importar el qué dirán o tus propias limitaciones inconscientes.
Cuando hablamos de ataduras, nos referimos al mayor enemigo: nosotros mismos. Al crecer, nos damos cuenta de lo buena que puede ser la vida y la miramos con otros ojos, incluso cuando las cosas no pintan bien; comenzamos a disfrutar 24/7, todo se vuelve posible y las metas se ven cada vez más cerca.