
Anacarsis Carmona (izq) & Aydée Argüelles (der)
Desde el octavo piso, por don Faber Bedoya C
Cuando nosotros estábamos niños, es decir, hablo de la semana pasada, pero del año 1952 y siguientes, era costumbre inveterada de los mayores, preguntarnos que “íbamos a ser cuando fuéramos grandes”, y la verdad no había mucho qué responder. Las profesiones, ocupaciones u oficios eran lo mismo. Recordamos, las más conocidas: agricultor, cogedor de café, agregado, administrador, pintor de brocha gorda, campesino, cocinero, bombero, policía, maestro, tesorero, personero, vigilante o sereno, alcalde, cura, sacristán, monaguillo, corista. cartero, telegrafista, boticario, sepulturero, sastre, carnicero, zapatero, peluquero, electricista, dentista, yerbatero, verdulero, tendero, arriero, vaquero, matarife, chofer, ayudante, camionero, cantinero, fotógrafo, panadero, barrendero, lechero, farmaceuta, curandero, sobandero, culebrero, jardinero, joyero, portero, maquinista del tren, vendedor de tiquetes, carpintero, embolador, vendedor ambulante, agente viajero, locutor, cotero, mecánico de carros y de bicicletas, albañil, minero, pescador, payaso, garitero de café, y el que llevaba los almuerzos a los trabajadores, en una guadua con dos ruedas unidas por una macana, a manera de carreta, llevaban hasta seis portacomidas. Recolectores de basura, el que aplicaba las inyecciones, mejor dicho, don Pablo Parra. Cuál me falta.
Las mujeres tenían muy pocas oportunidades de trabajo. Mi madre fue telegrafista del pueblo, ayudante de doña Erminia Charry, señora turca, que llego a Montenegro con los comerciantes de la época. Había muchas monjas en el hospital y en la casa cural, enfermeras, costureras o modistas, lavanderas, empleadas de la cocina y dentroderas, niñeras, parteras, nodrizas, vendedoras de arepas. En algunas casas había una placa que decía, se “remallan medias, se hacen ojales, pliegues y zig-zag”, en otras “se aplican inyecciones” y más modernas, “se venden helados”, oficios ejecutados por mujeres. Pero la profesión más popular para la mujer era “ama de casa”. Existían las coperas de los cafés y las mujeres del “barrio de tolerancia”, como oficio reconocido.
Ya en Armenia y para aligerar, con la llegada de la televisión nuestros ídolos cambiaron totalmente. Aparecieron las profesiones como tales, médicos, ingenieros, arquitectos, abogados, enfermeros, odontólogos, arquitectos, psicólogos, licenciados para la educación. Agrónomos, veterinarios, músicos, artistas. Sociólogos, antropólogos, filósofos. Ingenieros civiles, de sistemas, electrónicos, la administración de empresas, economía. Y aparecieron las especializaciones y a pesar de haber sido educadores toda la vida, la oferta es tan amplia que ya nos perdimos. Nuestro artista principal de televisión se llamaba Fernando Gonzales Pacheco.
E hizo su aparición con bombos y platillos la mujer en la universidad, en el trabajo, en la política, adquirió derechos civiles. Recordamos a doña Anacarsis Cardona quien fue la primera mujer en salir bachiller del Instituto Universitario de Manizales, primera mujer diputada de Caldas, Representante y además tía de nuestro amigo, ex rector de la universidad, Doctor Rafael Parra Cardona. Y su influencia no termina todavía. La mujer es muy significativa en todos los órdenes y las hemos tenido muy destacadas, hasta en la Nasa hay dignas representantes.
Por lo tanto, hoy no le podemos preguntar a un niño “que quiere ser cuando sea grande”, lo más seguro es que no sale con” quiero ser influencer” o manejar una “bodega”, cantante, artista, futbolista, político. Pero muy difícil que quiera ser médico, ingeniero, contador, veterinario, abogado.
En nuestro caso, nos asiste la más crasa ignorancia ante estos temas de vocación o elección profesional. Hoy define el futuro profesional del joven, las pruebas del Icfes, y lo que es más, existen subsidios por el solo hecho de matricularse en la Universidad, independiente de los estudios a seguir. Entonces para las profesiones tradicionales y de mayor demanda, sigue siendo muy estricto su ingreso, pero sabemos de ingreso a carreras, que el estudiante no sabe qué está estudiando, le interesa el subsidio y ser estudiante universitario.
La verdad es que la realidad superó hace rato a la ficción. Qué nos podemos imaginar que no esté creado, inventado y a la mejor ya está revaluado. La curva del cambio no termina de dibujarse cuando ya fue superada. Y los niños de hoy, cómo los ve. Ayer estuvimos en el cumpleaños número 79 de una hermana y asistieron exactamente 22 amigas, y seis señores, el menor de ese grupo tenía 70 años, y en los minutos de silencio que fueron escasos, nos mirábamos como sobrevivientes aferrados a una tabla, un silencio que sumaba varios siglos de existencia. De qué estarían hablando nuestros espíritus, en ese vasto mundo de los recuerdos, perdidos en los estadios del pasado.
Hoy es muy difícil ser grande, por eso le pedimos a Dios, que ahora que somos viejos, estés conmigo.