Había una barraca del ejército que tenía en su lista de turnos a 4 soldados que vigilaban en todo momento una losa de concreto frente a la barraca. Los soldados cambiaban turnos vigilando la losa por muchos años. Distintos comandantes vinieron y se fueron y la tradición continuó.
Después de muchos años, un nuevo comandante fue asignado a las barracas. Entre las cosas que hizo fue preguntar por qué se hacían las cosas de la manera en que se hacían. Cuando preguntó por qué los soldados vigilaban la losa, se le dijo: “Siempre lo hemos hecho de esta manera. Es nuestra tradición. Nuestros comandantes anteriores nos instruyeron a hacerlo”:
El comandante insistió en descubrir por qué. Fue a los archivos para buscar las respuestas y se topó con un documento que tenía la explicación. El documento era antiguo. Tenía instrucciones escritas por uno de los comandantes retirados que ya había muerto.
El nuevo comandante averiguó que más de 80 años antes, las barracas querían construir una plataforma donde pudiesen celebrarse eventos. Cuando la losa de concreto fue vaciada, los animales salvajes caminaban sobre ella por la noche antes de que pudiese curarse el concreto. Los soldados la reparaban al día siguiente pero cuando llegaba la noche, lo mismo volvía a pasar. Así que el comandante ordenó que 4 soldados vigilaran la losa por 3 semanas para permitirle al concreto curarse. La semana siguiente el comandante fue transferido a otra base y un nuevo comandante fue asignado. El nuevo comandante halló la rutina y la mantuvo y cada subsiguiente comandante hizo lo mismo. Ochenta años después, las barracas seguían vigilando la losa de concreto.
¿Qué creencias, actitudes y tradiciones hemos estado llevando que eran relevantes a algunas personas ó en algún tiempo y que todavía las seguimos nosotros? ¿Será nuestra opinión sobre nosotros mismos, la gente de razas distintas, el sexo opuesto, ciertas oportunidades de negocios, nuevos productos, etc., obsoleta? Cuestionemos el status quo.
Vía Renuevo de Plenitud