Por Manuel Gómez Sabogal
El tiempo pasa y la CRQ y los concejales se dedican a otros menesteres.
“El ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Carlos Eduardo Correa, anunció la construcción de un megavivero en la antigua Plaza de Toros El Bosque, en Armenia. El anuncio lo hizo en compañía de José Manuel Ríos, alcalde, y José Manuel Cortés, director de la Corporación Autónoma Regional del Quindío (CRQ)”.
“Venimos trabajando con el alcalde para que Armenia sea una biodiverciudad, fortaleciendo la conexión del hombre y la naturaleza. Se generará un gran detonante de desarrollo pensando en la sostenibilidad ambiental, social y urbana”, dijo Correa.
Después, escribí a la alcaldía de Armenia pidiéndole que la plaza de toros fuese un centro cultural y me llegó respuesta del ministerio del medio ambiente.
Y les contesté: Gracias por su respuesta. Mi observación sigue siendo la misma. Armenia no progresa por culpa de sus dirigentes. Cometen errores cada día y no estaré de acuerdo con convertir la plaza de toros en algo diferente a un sitio cerrado para eventos grandes, así como en Bogotá. Pero como aquí tienen mentalidad de pueblo, no hay caso. Hay otros sitios donde sí puede hacerse lo que pretenden.
Aunque le dieron traslado a la alcaldía de Armenia para que me escribieran al respecto, nada pasó.
Luego, leí lo siguiente en El Quindiano: “Desde hace muchos años no se presentaba en Armenia un proyecto tan absurdo, como este que nos propone el ministerio del Medio Ambiente en conjunto con la alcaldía de Armenia de hacer un mega-vivero en la antigua Plaza de Toros de Armenia, sitio que en los años cincuenta nació como Circo-Teatro El Bosque.
Absurdo porque este escenario en el centro de Armenia, en el corazón de la ciudad, debe tener otro destino, y no dejarlo como un lugar que, al final, cuando se termine el patrocinio del vivero, quedará como un simple lote abandonado. Sitios para viveros en Armenia hay muchos, empezando por el propio parque ambiental La Secreta, o tantos que han sido cedidos por los constructores al municipio y que este no ha recibido por negligencia e incapacidad jurídica y logística para hacerlo”.
Como si eso fuera poco, seguí escribiendo acerca del mega vivero de mentiras. Y seguiré rogando para que allí se haga un gran centro cultural.
La idea del mega vivero se llevó al concejo de Armenia, donde los concejales, juiciosos ellos, se sentaron a discutir e intervino el director de la autoridad ambiental, José Manuel Cortés, quien señaló que es fundamental conocer la posición de ciudadanos respecto al proyecto del mega vivero que ha establecido la alcaldía de la ciudad y el Ministerio de Ambiente. Fue claro en lo que se busca es atender propuestas de la ciudadanía y verificar la viabilidad para implementar las mismas.
Hace unos meses, casi que bastantes, en abril de 2021, decidieron los concejales de Armenia conjuntamente con el director de la CRQ que se haría un cabildo abierto para decidir el futuro de la plaza de toros “El Bosque”.
Pues a hoy, nada de nada. Todos se hacen los locos o ciegos, sordos y mudos. Y mientras tanto, el verde se acaba por otros lados de la ciudad y eso lo vemos a diario. Armenia está perdiendo el verde del que tanto hablan algunos.
Se devanan los sesos hablando del megavivero en que se convertiría la plaza de toros y se les olvida que los pulmoncitos verdes están desapareciendo.
Bien lo dice la abogada y periodista Judith Sarmiento en su escrito “Verde que te quiero verde”: “Aprovechemos entonces la lección que nos da el colibrí, que tiene entre sus características la de ser la única especie de ave capaz de volar en todas las direcciones -esto incluye al revés e incluso boca abajo-, para enderezar el rumbo del desarrollo turístico y urbanístico, siempre teniendo como prioridad ese verde hospitalario, esos verdes que si cuidamos y protegemos, vamos a seguir compartiendo con visitantes de todos los rincones del planeta”.
Es recorrer la avenida Centenario o la carrera 19 al norte y darse cuenta cómo acaban con los bosques para dar paso a las construcciones o al “progreso” de Armenia.
¿Por qué no convertir la plaza de toros “El bosque” en un gran centro cultural? ¿Por qué tanta desidia? ¿Por qué la demora en presentar ideas para que ese sitio sea algo diferente en Armenia?
Sería convertir la plaza de toros en un atractivo turístico a través de la realización y la promoción de eventos musicales, artísticos, culturales, entre otros.
En otras ciudades del país y el mundo ya han hecho cambios y han logrado convertir esas plazas de toros en centros culturales, comerciales, deportivos. Han hecho algo diferente, pero lo han logrado.
En Málaga, España, la plaza de toros se convierte en centro cultural. Ya han realizado diferentes eventos en ese renovado lugar.
Aquí, todo se va en palabras, reuniones, cabildos, lavadas de manos para que no haya líos. Solo buscan librarse de tomar decisiones en favor de la ciudad.
José Miguel Jaramillo Jaramillo, arquitecto y diseñador urbano, argumenta que la plaza debería convertirse en un destino para conciertos, presentaciones y espectáculos deportivos, para lo cual diseñó toda una propuesta que ya comienza a convencer a quienes han visto el bosquejo.
La idea consiste en arreglar los alrededores, accesos, baterías sanitarias, los caminos y puentes peatonales, además de hacer un estacionamiento para automóviles. También contempla la construcción de canchas múltiples en el lote contiguo a la plaza.
“Se busca hacer una cubierta móvil, accionada electrónicamente, la cual se utilizará de acuerdo con el clima o tipo de evento que se encuentre albergando, de tal manera que sea propicio para tiempos de sol o de lluvia”, dijo.
Dijo que la construyó por amor a la ciudad y lo único que quiere es que se recupere este espacio con historia y tradición, al que los años le pasan factura desde que dejó de ser usado para espectáculos taurinos.
Es decir, ya hay un diseño. Pero a nadie en el gobierno municipal le interesa, ni se discute.
No podemos quedarnos callados. Armenia merece una mejor visión por parte de todos. Se debe pensar en grande. Aquí, la planeación se hace en pequeño, a corto plazo. No se dimensiona, nadie cree en nadie. Y si alguien tiene ideas renovadoras, lo agreden o eliminan sus opiniones.
La plaza de toros “El bosque” debe convertirse en un gran centro cultural.