
La felicidad nunca puede ser un «destino». Es un estado del ser, no un lugar al que se llega. Cuando empiezas a vincular la «felicidad» a la acumulación de medidas objetivas, nunca serás lo suficientemente «feliz». La felicidad es un estado subjetivo del ser, no una meta objetiva a alcanzar.
Existe una «diferencia de felicidad» entre un estado estático de propiedad y el proceso continuo de experiencia. También existe una «diferencia de felicidad» entre valorar la riqueza tangible en lugar de compartir la riqueza acumulada. La felicidad no es algo que se pueda comprar ni vender, pero el sueño americano a menudo está lleno de posesiones por adquirir. Desafortunadamente, así como el valor de un auto nuevo se deprecia rápidamente al salir del concesionario, la felicidad asociada a la mayoría de los objetos es efímera.
Entonces, si el sueño americano se convierte en una pesadilla al intentar comprar cosas que realmente no puedes, ¿qué te brinda felicidad y satisfacción? Pasar tiempo con tus seres queridos y disfrutar de las actividades que disfrutas. Viajar, pasar tardes con amigos, disfrutar de un buen libro, jugar con tus hijos, charlar en la intimidad con tu pareja, conducir sin rumbo fijo con la persona que amas: estas son experiencias que nos afectan en múltiples niveles y aumentan el valor personal del tiempo, el dinero o los recursos invertidos en ellas. Cuando algo te conmueve, es cuando le das valor.
En los últimos cincuenta años se han realizado muchas investigaciones sobre la felicidad y el bienestar subjetivo. Parece que todos quieren determinar la fórmula exacta de la alegría. Si bien nunca habrá una receta específica para alcanzar la felicidad, hay algunos hallazgos importantes que pueden servirnos de guía. Aquí hay cinco requisitos previos para experimentar la felicidad en la vida:
- Los seres humanos necesitamos relaciones para disfrutar de un bienestar y una felicidad óptimos. Es una verdad simple: nacemos con un fuerte impulso para conectar con los demás. Aunque muchos pensamos que seremos felices cuando encontremos el «amor verdadero», o lo que sea que se aproxime a él, no suelen ser las relaciones románticas las que nos brindan lo necesario para la felicidad. El simple hecho de tener buenos amigos que nos animen y apoyen contribuirá en igual medida a nuestros sentimientos generales de felicidad y satisfacción.
- Ser amable con los demás es esencial para alcanzar la felicidad personal. Nuestro cerebro está programado para sentir alegría cuando nos comportamos de manera altruista. El simple hecho de hacer algo bueno por los demás, ya sea organizar una fiesta para un amigo, hacer voluntariado por una buena causa o planificar una donación, nos dará un impulso y generará una sensación de satisfacción y bienestar.
- Reconocer la abundancia de tu propia vida, por austera o extravagante que sea, y sentir gratitud por las personas, las experiencias y las cosas también contribuye positivamente a una sensación de bienestar. Cuando las personas se centran en la escasez o en lo que falta, surgen emociones negativas como la envidia, el descontento y el resentimiento.
- Encontrar un sentido y un propósito en tus objetivos vitales es necesario para la satisfacción y la felicidad. Creer que estás contribuyendo a algo más allá de ti mismo y que formas parte de algo más grande que tu existencia individual también es necesario para experimentar una sensación de paz que forma parte de la felicidad.
- Adoptar hábitos saludables en cuanto a tus necesidades básicas (sueño, nutrición y ejercicio) también contribuye a tu felicidad. Los estudios demuestran que el ejercicio regular, incluso una simple caminata diaria, es muy eficaz para reducir la depresión. También se ha demostrado que las actividades contemplativas, como el yoga, la meditación y la reflexión, reducen el estrés y promueven el bienestar. Y aunque muchas personas piensan que dormir bien por la noche es “opcional”, las investigaciones demuestran que los malos hábitos de sueño provocan mayor estrés, mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares e incluso aumento de peso.
Ideas erróneas sobre la felicidad
Quizás la idea errónea más común es creer que la felicidad es un «destino» o que se puede comprar. Puede sonar trivial o un poco cursi, pero son nuestros caminos y experiencias en la vida los que realmente nos brindan sentimientos de satisfacción y satisfacción.
El Informe Mundial de la Felicidad arrojó algunos hallazgos sorprendentes, como el hecho de que vivir en un país rico no garantiza una vida feliz. Algunos países con muchos menos recursos que Estados Unidos obtuvieron puntuaciones más altas en el Índice de Felicidad. En lugares donde la vida es más sencilla (o más difícil) que en Estados Unidos, es menos probable que las personas busquen activamente la felicidad de la misma manera que nosotros. Resulta que una red básica de apoyo y la compañía de otros son fundamentales para la felicidad de la mayoría de las personas.
El Informe Mundial de la Felicidad identificó estos cinco factores como cruciales para la felicidad:
- Preocuparse por los demás y compartir recursos.
- Compartir el pan con otros; las comidas compartidas son un pilar fundamental de la felicidad.
- Compartir el hogar en lugar de vivir solo. La soledad y el aislamiento son grandes amenazas para la salud física y mental.
- Adoptar conductas prosociales que reflejen altruismo y compromiso comunitario.
- Conectar con los demás, especialmente para los jóvenes adultos.
Cualquier cosa que realmente brinde satisfacción duradera o gratitud auténtica probablemente no sea una «cosa», sino una experiencia, y la presencia de apoyo social y la interacción social son los factores más importantes.