El Ángel Gabriel vino un día al señor, y le dijo:
– Señor, tengo que decirle algo. Usted sabe, ¿el grupo de maracuchos que llegó hace unos días?
– Si, ¿La víctimas de la masacre No.235 de este año?
– Eso mismo. Señor, estamos teniendo muchos problemas con ellos.
El Señor lleno de amor y misericordia, le pregunta a Gabriel:
– ¿Qué problemas? ¿A qué te refieres Gabriel?
– Pues mire Señor: Estos Maracuchos no se portan bien. Se trepan y se arreguindan del portal de perlas a la entrada del cielo. Me botaron la trompeta. Tienen sus vestiduras blancas llenas de salsa de tomate, sopa de gallina y sopa de mondongo. Las calles de oro están llenas de bolsas de agua y botellas de refresco, huesos de pollos, y sobras de comida. Algunos andan por ahí con una sola alita, porque dicen que les pesan cargar las dos. Llegan tarde a su turno de limpiar las escaleras de la tierra al cielo, me dejan cáscaras de mango en las nubes, y algunos salen por ahí sin su aureola, porque dicen que no les luce con el peinado.
De nuevo el Señor, lleno de amor y misericordia infinita le dijo a Gabriel:
– Gabriel, es que cuando creé a los Maracuchos los hice especiales, igual que cuando te cree a ti, también te hice especial. El cielo es el hogar de todos mis hijos. Además, no te quejes tanto. ¿Quieres ver lo que son los problemas? Dale una llamadita al Diablo en el Infierno para que veas.
Gabriel quedo pensativo y decidió llamar al Infierno…
El Diablo contestó el teléfono.
– Aló…
Gabriel le responde:
– Mira Luci, que tipo de problemas tienes allá abajo?
Gabriel se quedó en espera como un minuto. El Diablo regreso al teléfono y le dijo:
– Alooo Si aja espérate. ¡Coño e`su madre!…Espérate Gabriel Que ya vengo.
– Aja Gabriel disculpa loco que te haya dejado colgado. ¿Qué pasó?
– El Diablo le contesta-¡verga!, deja que te cuente Pana. Espérate Gabriel…
Y el Diablo dejó a Gabriel en espera. Luego de cinco minutos, el Diablo regresó al teléfono:
– ¿Qué tipo de problemas tienen ustedes allá abajo?
– Ok. Ya volví, ¿Cuál fue la pregunta otra vez?
– Ah si, eso, pues mira. Espérate esto es increíble.! Miren hijos de la gran verga, les dije que no tocaran……Espérate Gabriel…
Y el Diablo dejó a Gabriel en espera otra vez. Luego de quince minutos, el Diablo regresó al teléfono, y le dijo a Gabriel:
– Mira, perdona, pero no puedo hablar ahora. Es que anteayer me llegó una pelota de maracuchos, los que mataron una gente ahí en una masacre, Y los muy coños de madres dicen que hace mucho calor, me apagaron el fuego, me han puesto una venta de arepas, aguita e’ sapos y pastelitos en cada esquina con la reserva de carbón y leña que tenía, me han abierto tres tascas sin permiso y en el fuego mayor me pusieron una olla pa` sancochar huevos chimbos, me pusieron unos bombillos de 100 wats que porque está muy oscuro, y para colmo los muy hijueputas.. están tratando de montar un maldito AIRE ACONDICIONADO.!!!