Me dediqué a perderte
Por unos cuantos meses, estuve con la idea de que mi matrimonio se había acabado por mi culpa. Cada vez que escuchaba a Alejandro Fernández cantando «Me dediqué a perderte» me rasgaba las vestiduras y me cortaba las venas. Me sentía identificado con la letra de la canción…
Letra de «Me dediqué a perderte«.
Escrita e Interpretada por Alejandro Fernández.
Porque no te besé en el alma cuando aun podía
porque no te abracé la vida cuando la tenía
Y yo que no me daba cuenta cuanto te dolía
y yo que no sabía el daño que me hacía
Como es que nunca me fijé que ya no sonreías
y que antes de apagar la luz ya nada me decías
Que aquel amor se te escapó, que había llegado el día
que ya no me sentías que ya ni te dolíaMe dediqué a perderte
y me ausenté en momentos que se han ido para siempre
Me dediqué a no verte y me encerré en mi mundo
y no pudiste detenerme
Y me alejé mil veces y cuando regresé
te había perdido para siempre y quise detenerte
Entonces descubrí que ya mirabas diferenteMe dediqué a perderte me dediqué a perderte
Porque no te llené de mí cuando aun había tiempo
porque no pude comprender lo que hasta ahora entiendo
Que fuiste todo para mí y que yo estaba ciego
te dejé para luego este maldito tiempo
Me dediqué a perderte y me ausenté en momentos
que se han ido para siempre
Me dediqué a no verte y me encerré en mi mundo
y no pudiste detenerme
Y me alejé mil veces y cuando regresé
te había perdido para siempre y quise detenerte
Entonces descubrí que ya mirabas diferente
me dediqué a perderte me dediqué a perderte
Con el tiempo, me di cuenta que la culpa no fue mía (por lo menos en su totalidad). En una pareja se supone que hay dos personas. Y ambas son responsables de hacer que funcione la pareja. La responsabilidad no es de una sola persona. Es compartida. Y quizás si yo me dediqué a perderla, pues por algo habrá sido.
Quizás la idea no es hacer un mea culpa ni buscar las causas que nos llevaron a una separación (traumática para mi), sino que más bien la idea es plantear que el amor no se acaba de un día para otro. No es lógico que uno de los integrantes de la pareja se acueste, y al día siguiente al levantarse diga:
– «Se me acabó el amor. No te amo más. Vamos a divorciarnos.»
Ese proceso es paulatino y progresivo. Y como miembros de una pareja, si vemos que las cosas no funcionan como queremos que funcione, la idea no es hacerse la vista gorda o esperar que la gota rebase el vaso. Y hay mucha gente que hace precisamente eso: ven que la gota está cayendo, y en vez de arreglar la gotera o al menos vaciar el vaso, se quedan mirando cómo se llena, hasta que rebosa y muy orondos dicen:
– «Ves, se rebosó el vaso. Por tu culpa!»
Y uno puede responder:
– «Si, se rebosó. ¿Y tu qué hiciste para que no se rebosara? ¿Por qué no me avisaste?»
Pero bueno, no es saludable estar siempre pensando «¿qué hice mal?», «¿dónde me equivoqué?», «¿qué hice?» o «¿qué no hice?».
Se acabó el amor y punto. Lo que pensemos y atormentemos no va a ayudar a que el amor renazca de nuevo (y valga la redundancia).
Si la otra persona vió que se le estaba acabando el amor y no hizo nada por remediarlo, es tan culpable como la otra persona.
O es que no han escuchado (o vivido) el que «mi pareja no es la misma persona con quién me casé».
Vale igual razonamiento. ¿Y es que cambió de un día para otro? Si cambió, esa transformación la hizo delante de nuestros ojos. Y si no dijimos nada o no hicimos nada, somos igual de culpables (y vuelvo a recordar las faltas por acción o por omisión).
No han escuchado alguna de las siguientes razones de divorcio:
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Es que no somos compatibles. (¿Y lo eran antes de casarse?)
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Es que le hieden (huelen feo) los pies… (¿Y es que el mal olor le vino el día anterior al divorcio?)
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Es que se la pasa todo el día viendo TV… (¿Y eso pasó de un día para otro?)
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Es que no sabe cocinar… (¿?)
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Es que está gord@ (¿y engordó de un día para otro?)
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Es que no estoy a su altura… (¿?)
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Es que soy fe@… (¿Y eso no lo sabían antes, o se descubrió recientemente?)
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Dediquémonos a terminar la carrera o el postgrado que no pudimos terminar.
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No mendiguemos cariño ni amor.
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Tengamos dignidad y autoestima.
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Tengamos paciencia, ya que el tiempo es el mejor remedio.
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Recordar que cuando se cierra una puerta, se abren 100 ventanas.
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Ocupemos nuestro tiempo en actividades recreativas, gimnasio, deporte, hobbies.
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Pensemos en que no podemos obligar a otra persona a amarnos en contra de su voluntad.
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Acordémonos que las parejas están formadas por 2 personas. La culpa de la separación no puede caer en una sola. Cae en las dos.
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Y por sobre todas las cosas, acordémonos que las cosas que a nuestra ex-pareja le parecen odiosas o hasta le producen disgusto, a otra persona pueden parecerle maravillosas.
En estas páginas seguro que encontrarán otros escritos que le ayudarán a atravesar el período de duelo en una separación.
La película es la misma. El guión es el mismo. Los personajes son los mismos. Lo que cambia son los actores…
Luis Castellanos
De todo un poco | Imagen tomada de captura de pantalla del video que se muestra a continuación
Excelencia de excelencia Maestro Castellanos. Cada dia son mas interesantes y hermosas sus reflexiones. . Le admiro mucho . Reciba mis respetos y mi gratitud eterna.Desde la Ciudad de Mexico.
Hola Rocío! Muchas gracias por tus palabras!!!!! Saludos para ti también desde la ciudad por el Sol Amada…