Merodeando desde la Arquitectura
Pérdida de resolución
El sentido de inmediatez que caracteriza nuestro tiempo, tiene variadas e inusitadas consecuencias sobre disciplinas que, aun cuando avances tecnológicos han permitido automatizar y acelerar muchos procesos que forman parte intrínseca de las mismas, necesitan siempre de la maduración, reflexión y examen meticuloso que sólo el respeto a esa dimensión otorga.
Por más software de simulación y representación, de procesos de pre-fabricación, aceleradores de fraguado, etc, que nos permiten mayor velocidad en procesos mecánicos y repetitivos, tanto en el proyecto como en la obra, existe un tiempo necesario para la creación, la gestación de las diferentes ideas que gradualmente irán configurando el proyecto desde su concepción hasta su completa construcción. Así, situaciones imprevistas o inicialmente no contempladas, así cambios de paradigma y puntos de vista pueden darse en cualquier fase del proyecto y es ahí donde el tiempo en lugar de limitarnos, se convierte en nuestro aliado. Gracias a él, podemos darnos cuenta de posibles errores, mejoras, y hasta la pertinencia de ciertas elecciones que hemos hecho.
Las obras de arquitectura generalmente están pensadas para perdurar en el tiempo. Se convierten en nuestros refugios y moradas. Llegan en ocasiones a convertirse en símbolos de un determinado período histórico. De formas de pensar y entender la vida. Son testigos de la historia que en muchos casos sobreviven a sus autores y habitantes. Todo lo anterior parece ir en contravía con lo inmediato y fugaz. Con ese sentido inmaterial que otorga el mundo de lo digital, de lo virtual. El universo binario de los unos y ceros a lo que se reducen esencialmente la presencia o no de impulsos eléctricos en los circuitos de ordenadores, teléfonos, y demás adminículos. Y a velocidades increíbles logran establecer modelos o estereotipos donde se hace menester la novedad, lo último e instantáneo que para ser asimilado por nuestras mentes debe ser simplificado y pre-digerido “limpiando” el mensaje o concepto de todo lo que alguien considere absolutamente indispensable… así se pierde gran parte del contenido, se “pixela”, pierde resolución, (para decirlo en términos digitales), y nos llega una versión escueta, comprimida, abstracta, simplificada e insípida. Eso parece estar pasando con la arquitectura.
Odart Graterol
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