Mi vida apesta
Cada vez con más frecuencia escucho esa frase «lapidaria», pronunciada por jóvenes (y no tan jóvenes).
«Mi vida apesta«…
Claro, quizás sea un arrebato del momento. Quizás sea por una rabia en el trabajo. O por no tener pareja en el momento y sentirse solo. O quizás por culpa del consumismo, y no tener las cosas materiales que de acuerdo a la publicidad debes tener. Y sin querer repetir el post de hace unos meses de «Me siento vacío«, quiero recalcar que antes de pensar en «Mi Vida Apesta», debemos hacer un análisis de lo que tenemos, de quienes nos rodean, de cuán afortunados somos.
Como reza el dicho, «me quejaba de no tener zapatos, cuando vi al lado mío un señor sin pies».
Seamos conformes con lo que tenemos, sin dejar de soñar. Esos sueños son los que nos van a ayudar a trazarnos objetivos en la vida, que debemos ir cumpliendo poco a poco.
Disfrutemos de un lindo amanecer o de un bello amanecer. Disfrutemos de la brisa que nos acaricia la cara. Disfrutemos de la risa de nuestros seres queridos. Disfrutemos de lo que hemos alcanzado, y vivamos con la esperanza de seguir alcanzando metas.
Lo más paradójico, es que seguramente habrán muchas personas muriendo por estar en nuestros zapatos, y llevar una vida tan «especial» como la que llevamos. Los triunfos que a los demás les parecen enormes, a nosotros nos parecen sin importancia.
Luis Castellanos