¿Qué podemos hacer para cambiar al mundo?
En la abadía de Westminster, está enterrado un obispo anglicano, cuya tumba tiene la siguiente inscripción:
“Cuando era joven y libre, y mi imaginación no tenía límites, soñaba con cambiar al mundo.
Al hacerme mayor y más sabio, descubrí que no se podía y me resigné a cambiar a mi país. También resultó imposible.
En mis últimos años, intenté desesperadamente cambiar al menos a mi familia más cercana, pero fue igualmente inútil.
Ahora en mi lecho de muerte, caigo en la cuenta de que, si simplemente hubiera cambiado yo mismo en primer lugar, mi ejemplo habría transformado a mi familia. Con su inspiración y su apoyo, habría podido mejorar mi país y, ¿Quién sabe?, tal vez habría cambiado el mundo”