Seguirazgo y liderazgo
“Antes de dirigir, debes aprender a seguir”.
Esta frase con la cual abrimos la entrega de este lunes, la emplea el director de la banda de una universidad, en una película llamada “Drum Line” (Ritmo Total), cuando se dirige a un talentoso pero indisciplinado e individualista miembro de la línea de tambores, que había retado al capitán de tambores, dejándolo mal parado ante el resto del equipo. El director, le mostraba al brillante pero arrogante novato, que su supervisor había quedado mal parado, pero que al hacerlo él mismo había quedado peor, pues de nada sirve querer sobresalir por encima de los demás, si no se es capaz de hacer equipo con esas mismas personas con las cuales interactúas y con las cuales tienes una relación de interdependencia.
Recién culminé una experiencia de cuatro días de Liderazgo y Supervisión bajo presión, con gerentes y supervisores de una reconocida empresa del sector de consumo masivo y distribución de alimentos. En los ejercicios experienciales de riesgo moderado que realizábamos al aire libre, una toma de conciencia surgía una y otra vez: para trabajar en equipo entre líderes necesitamos confiar en el líder que hemos seleccionado, electo o designado, dejándonos guiar, a la vez que continuamos agregando valor con nuestra experiencia y experticia.
Muchos coordinadores, supervisores y gerentes en desarrollo pierden la perspectiva al asumir posiciones y roles de liderazgo, cayendo en el grave error de pretender dirigir en todo momento y de una forma o estilo único. En nuestra experiencia, los líderes más efectivos son los que combinan su liderazgo con un “seguirazgo” modelado. Entendiendo “seguirazgo” como la capacidad de seguir apasionada y efectivamente a líderes para cada circunstancia y proceso, manteniendo una actitud crítica, corajosa, inteligente y ética, que permita lograr la visión estratégica y los objetivos del equipo con mayor efectividad, calidad, productividad, rentabilidad y disfrute.
Fernando Sánchez-Arias
El Universal
fsa@fernandosanchezarias.com