Supervivencia de los más ineptos
En la Diplomacia
Si de ineptos se trata y ese tratar es en el sensible orden internacional, habrá que manejarse con la insulsa hipocresía a la que nos tienen acostumbrados “TODAS” las organizaciones internacionales, cuyas cremalleras mayormente son lubricadas (para la eficiencia de su ambiguo oficio) por el alcohol y las consabidas tertulias, encubiertas sutilmente a través de los siglos por ese manto flexible, tan ufanado desde las altas alcurnias, como son las cataduras gastronómicas. Indagar en los desembolsos que cada representación diplomática hace en esta suculenta actividad nos llevaría a desvelar el más obsceno desplante y agravio hacia quienes les pagamos sus estipendios, sus famosos gastos de representación y una que otra partida secreta.
Quizás en ese intento por calificar a ciertos actores en el accionar internacional como ineptos, se haga altamente probable el hacer señalamientos poco objetivos, pero qué mejor para calificar a los ineptos que evaluar a un apto (salida diplomática) y éste es el caso de un embajador tropical pero con visión continental y seguramente mundial que logró justificar su sueldo y corresponder a sus connacionales con creces. Me refiero a Luis Alberto Moreno, quien se desempeñó como embajador de Colombia ante el gobierno de los Estados Unidos y que durante su desempeño corrigió entuertos y desplegó una alta capacidad para lograr acuerdos totalmente beneficiosos para su país, así sí vale la pena leer la trayectoria de un diplomático, haciendo la aclaratoria que en el caso de Luis Moreno siempre estará presente su vena como hombre de negocios y seguramente allí está la razón de sus resultados, tanto es así que desde el 2005 se desempeña como Presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), siendo reelecto en el 2010 y con un desempeño por encima de cualquiera de sus antecesores. Ojalá que personajes con este talante pulularan en las representaciones diplomáticas de tantos países pobres, países ricos-pobres y países pobres-ricos, para que sus representados recibieran aunque sea la satisfacción de saber que hay un señor en esa lejana sede con condición de terreno patrio, velando por los intereses de todos.
Volvamos a la realidad, pisemos tierra y no evadamos el tema de los ineptos, más allá de lo sabroso que resulta el oficio de juzgar con ligereza, también debemos tomar en cuenta y aceptar que el adentrarnos en esos resquicios en los que encontramos datos patéticos sobre el andar diplomático de ciertos personajes, nos puede incluso resultar perjudicial para nuestra salud, claro está, cuando somos ciudadanos decentes y preocupados por la hidalguía de nuestra Patria allende los mares. Es el caso de representaciones de algunos famosos países donde se manejan estadísticas en la que se señala que una de cada cinco muertes están relacionadas con el consumo del alcohol (ver mapa del consumo de alcohol en el mundo) , pues resulta impresionante el enterarse que muchos de esos señorones “diplomáticos” para mantenerse a tono con su gentilicio, luchan por subir la partida del presupuesto asignada por sus cancillerías para el renglón alimentos y bebidas alegando razones de seguridad nacional. ¡Qué vergüenza!
Referencias
Edgar Padrón
Revista DTyOC. Imagen tomada de PixaBay