Supervivencia de los más ineptos
Rica religión pobre (y II)
Hubo un genio que siempre persiguió ser un guía dentro de la religión en la que se crió y aunque nunca lo logró, esa frustración no lo llevó a arremeter contra los demás, al contrario más bien se ensimismaba y en ocasiones probablemente esa abstracción lo llevó a crear obras maestras que hoy día siguen impactando tanto al mundo del arte como a todos en general. Ese atribulado artista fue Vincent Van Gogh, quien en una oportunidad expresó “cuando siento la necesidad de RELIGIÓN, salgo de noche y pinto las estrellas”, es obvio que su aptitud es de muy pocos y adoptar tan particular actitud es totalmente sublime; será por ello que la historia registra y registrará que miles de millones no tienen ese privilegio y por lo tanto asumen lo religioso por la senda de la violencia.
Se afirma que el ser humano es muy complejo, pero pocos se atreverían a confirmar que el factor religioso lo hace mucho más. Aún cuando todas las creencias religiosas persiguen la concordia y el amor, en ellas se disparan radicalismos amparados en interpretaciones de sus eruditos, que llevan a blandir posiciones antípodas a ese añorado y pacífico fin. Un ejemplo muy noticioso en los últimos años es el auto proclamado Estado Islámico y su marcado odio hacia la ancestral religión Yazidí, a quienes detestan con un grado de ensañamiento mayor que a los mismos cristianos y judíos.
Algunas interpretaciones de ciertos pasajes del Corán han dado lugar a una frenética limpieza étnica la cual ha desembocado en masacres, secuestros y cientos de miles de refugiados, teniendo como colofón la instauración en pleno siglo XXI de la esclavitud religiosa; así lo afirmó el profesor de la Universidad de Duhok, en el Kurdistán Iraquí, Mamo Othman al expresar “ISIS nos ha hecho retroceder 1400 años al justificar la esclavitud contra el pueblo yazidí” (CNN en español: La Tiranía de ISIS).
Los yazidíes no tienen a donde huir, solo las milicias Kurdas los han ayudado en el terreno, de resto ciertas potencias se conforman con lanzar algunas toneladas de alimentos desde aviones a gran altura, cuyos cargamentos al estrellarse contra las rocas se destruyen y prácticamente es un mínimo lo que puede ser rescatado para asistir a la acosada población. Evidentemente esas montañas al noroeste de Irak no son los pomposos Campos Elíseos, ni los productivos campos petroleros y mucho menos los maravillosos campos deportivos a los que sí peregrinan frenéticamente las élites atraídas por los grandes negocios que en ese ámbito se tejen, es decir, en esas montañas no hay riqueza material que despierte el interés de los poderosos.
A pesar de este inefable abandono, desde hace varios años se ha observado un profundo interés por parte de los alemanes, quienes además de asistir a cientos de refugiados incluso acogiéndolos en su territorio, han decidido apoyar con entrenamiento y armas tanto a los combatientes kurdos como a los yazidíes y otras minorías étnicas (SputnuikNews: entrenamiento de los Kurdos). Ojalá otras naciones auxilien al pueblo Yazidí y así estos eternos perseguidos con sus ricas y milenarias creencias alcancen la paz que por siglos les ha sido tan esquiva.
Yo respeto (principio clave) sus creencias y ¿tú?
Edgar Padrón
DTyOC