Timbre dañado
Había una vez una señora que llama a un electricista, que resultó ser gocho, y le dice:
– Señor, ¿Podría usted venir a arreglar el timbre de mi casa?
El señor responde:
– Claro señora, deme su dirección, señora en este momento voy saliendo para allá.
Pasa una hora y media y el señor nada que llega, entonces la señora decide llamar al hombre por el celular. Suena el celular y el señor responde:
– Buenas tardes, ¿Que desea?
Y la señora le dice al señor:
– ¿Piensa usted venir? (con tono irónico)
El señor responde:
– Señora, si tengo una hora tocando el timbre y usted no me abre.