Por Manuel Gómez Sabogal
James McCarthy, amigo y profesor irlandés residente en Armenia desde hace más de 12 años, me envió la foto de una de las pequeñas bibliotecas que existe en Clonakilty, población irlandesa de unos 6000 habitantes.
Decidí investigar y buscar información sobre Clonakilty en Irlanda. “Clonakilty, a veces abreviado a Clon, es una localidad situada en el condado de Cork de la provincia de Munster, República de Irlanda. La ciudad se encuentra a la cabeza de la marea de la bahía de Clonakilty. El área rural se utiliza principalmente para la ganadería lechera. Con una población en 2016 de 4.592 habitantes. La ciudad es un centro turístico West Cork, también fue reconocida como «Mejor Ciudad de Europa» en 2017, y «Mejor Lugar del Año» también en 2017, por el Instituto Real de Arquitectos de Irlanda”.
Muchas ciudades y pueblos en Europa tienen esta campaña, utilizada en barrios, paraderos de buses, cafeterías, restaurantes y otros sitios.
“Se trata de impulsar el amor por la lectura mediante la construcción de pequeñas bibliotecas en cafeterías, restaurantes, consultorios para el intercambio de libros gratis en todo el mundo. Se trata de compartir. Desde 2010, más de 28.000 bibliotecas gratuitas “Little Free Library” se han instalado en 80 países en todo el mundo, y especialmente en EEUU”. También en Inglaterra, Irlanda y Escocia.
Es como estar en una biblioteca, donde se puede leer sin problema. Es una pequeña biblioteca libre.
“La pequeña biblioteca es un lugar donde las personas comparten su literatura y cuentos favoritos, la gente toma un libro, devuelven un libro. Se trata de una forma muy básica, que consiste en instalar una pequeña biblioteca libre a modo de una caja llena de libros en el que cualquiera puede pasar por allí y recoger un libro (o dos) y traer de vuelta otro libro para compartir. Se trata de minúsculos espacios públicos, que dan la bienvenida a todos. En la actualidad hay 28.000 pequeñas bibliotecas gratis en más de 80 países, con ninguna señal de ralentización de movimiento, sino más bien la tendencia es a su expansión”.
Si en Clonakilty, un pequeño pueblo de 6000 habitantes, hoy, lo hacen, por qué no aquí en nuestra tierra.
Para completar, Guillermo Jaramillo Arcila estuvo de visita en El Retiro, Antioquia y allí tomó unas fotos:
El Retiro tiene 20 mil habitantes y también ellos se unieron a la campaña.
Empecemos esta locura en Armenia y el Quindío. Yo sé que no es fácil, pero con la colaboración de todos, lo podemos realizar. Se puede hacer en muchas partes. Todo depende de las ganas que le pongamos a la campaña, pero creo que vale la pena.
Luego, otro amigo, Sabel Reinerio Arévalo, me envió fotos del paradero situado en el hospital San Juan de Dios.
Poco atractiva para todos, pues nadie entiende para qué esos espacios. No hay un aviso que diga “TOMA UN LIBRO. DEJA UN LIBRO” como para llenar esos estantes.
He sabido de otros lugares donde también ya empezaron a aplicar la idea. Ohana, un magnífico lugar en la Avenida Centenario, donde sus propietarios captaron la idea y empezaron su “pequeña biblioteca” para que los usuarios puedan tomar un libro y dejar otro. Leer es la idea.
Al sur, en el sector de El Caimo, también existe otro espacio para la idea. Ojalá haya muchos lugares y poco a poco, se haga la tarea.
Mientras es atendido en una cafetería, restaurante o en algún otro sitio, como por ejemplo un consultorio, una empresa, se puede leer un libro, una parte, un capítulo antes de recibir la atención solicitada o requerida.
Por qué no en el aeropuerto, en la terminal y en sitios a donde vaya mucho público y deba esperar mucho tiempo.
Si en cada municipio donde hay cafés, restaurantes y sitios como las plazas, se ponen espacios para que las personas tomen un libro o dos y luego lleven otro o más, esa biblioteca puede crecer y la lectura va a ser parte de la vida de muchas personas.
Será algo divertido que daría mucho placer a la comunidad. Es una locura, un sueño, una idea para un departamento que requiere impulsar el desarrollo cultural en todo sentido.
Es una sencilla propuesta que puede ser estimulada por la secretaría de cultura, Corpocultura, las casas de la cultura para beneficio de todos en la región. Hasta los extranjeros visitantes verían que el turismo es diferente con base en libros y, antes que nada, en lectura.
Esta es una invitación para todos. Una invitación a hacer algo diferente de su café, restaurante, de su espacio. Promovamos la lectura por medio de las pequeñas bibliotecas en cada municipio y en cada empresa donde llegue público. Tomemos lo bueno de otras partes y hagamos que la lectura sea parte importante en nuestras vidas.