Un mal jefe empeora la salud
Los trabajadores a las órdenes de líderes más inteligentes emocionalmente son más efectivos y gozan de mejor salud que los que tienen jefes «mediocres» que, además de estrés laboral, pueden aumentar el riesgo de que sus empleados padezcan hipertensión o un ataque al corazón.
Esta es una de conclusiones de las investigaciones llevadas a cabo por el psicólogo y asesor de recursos humanos norteamericano Kenneth Nowack, quien ofreció una conferencia en el Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid.
Para Nowack, miembro del consorcio para la investigación de la inteligencia emocional cuyo referente es Daniel Goleman, hay una íntima relación entre la salud de los trabajadores, en concreto el estrés laboral, y los buenos resultados en el desempeño de su empleo.
«Los trabajadores con un estrés prolongado causan más bajas en la empresa y tienen una menor productividad», destacó Nowack, quien atribuye esta tensión, entre otras razones, a los líderes «inadecuados».
Los empleados son también «más competentes y reflejan un menor estrés laboral», si cuentan con un orientador adecuado al contrario que los que están dirigidos por un jefe «más pobre» y que confiesan su intención de abandonar la empresa en el próximo año.
Los grupos de trabajo mal gestionados son, de media, un 51 por ciento menos productivos y un 44 por ciento menos rentables que los bien dirigidos.
El investigador matizó que el estrés se debe evaluar individualmente pues la percepción de las situaciones que provocan tensión son diferentes de unos individuos a otros, así como la capacidad de liderazgo.
«Hay líderes naturales que mantienen a sus empleados en una actitud activa», añadió Nowack, quien apuntó que un nuevo ámbito de la investigación podría establecer si existe «una biología del liderazgo».
En este sentido explicó que existe una hormona, la oxitocina, más abundante en las mujeres que tienen hijos y que fomenta la participación, la sociabilidad y el trabajo en equipo.
Pero no solo los líderes con menor inteligencia emocional provocan estrés y la consiguiente pérdida de rendimiento laboral, según Nowack, sino que existen otros factores tales como la escasez de ejercicio físico, una mala alimentación, las relaciones laborales o el sueño.
«Si duermes dos horas menos de las que necesitas tu capacidad de concentración y trabajo empeora considerablemente», aseguró. Para predecir y medir estos riesgos, Nowack presentó el Stress-Scan, una herramienta a través de la cual se puede evaluar el bienestar. Con este instrumento y la respuesta a más de un centenar de preguntas, concluyó Nowack, se pueden conocer multitud de aspectos de nuestro propio comportamiento.
Vía Diario 2001. Imagen tomada de Trabajemos