Manuel Gómez Sabogal
Cuando empezó el himno nacional, las cámaras enfocaron a los jugadores del Deportivo Pereira. Dos estaban llorando. Eran lágrimas de emoción y alegría. Esa mezcla increíble al saber que llegaban al último partido y que ese público que cantaba a todo pulmón, los estaba acompañando para lograr esa gesta deportiva.
Sabían que no era sencillo y que debían hacerlo todo en la cancha, pero estaban listos a jugar el mejor partido del año para lograr tan anhelada victoria. Hacía 78 años que participaban en el torneo colombiano y nunca habían sido campeones.
Pereira, Pereira, Pereira se escuchaba en todo el estadio.
Había un cuerpo técnico joven y nuevo desde hacía pocos meses. Pero les infundieron todo lo que debían tener como base en un equipo de fútbol con pocas estrellas o grandes jugadores, pero con mucho ánimo, ganas y coraje.
En este último semestre se propusieron estar entre los mejores y tener la tan deseada estrella para su equipo profesional de fútbol.
Se jugó en Pereira, el miércoles 7 de diciembre, el último partido de este campeonato nacional contra el Deportivo Independiente Medellín, después de haber empatado contra estos en Medellín.
Aunque jamás he cambiado a mi equipo Deportes Quindío, ni por un equipo del extranjero (Real Madrid, Barcelona, Bayern, Mancester City o United), siento la alegría inmensa de ver cómo han disfrutado los pereiranos ese campeonato, esta estrella en su escudo.
Ya la tenían el Once Caldas, el otro vecino y mi amado Deportes Quindío. Faltaba el Deportivo Pereira.
Se prepararon, porque querían ser campeones.
Me da la impresión de que sus dirigentes jamás han estado resentidos o enojados con Pereira o Risaralda. Porque aquí, un caucano se adueñó del equipo y está feliz de que permanezca en la categoría B.
El Deportivo Pereira se demoró 8 años en volver a la A, pero aquí, en Armenia, el señor Ángel, como no es quindiano y parece enemigo de la ciudad, enemigo del departamento y de todo lo que sea Quindío, entonces, hace lo que le da la gana. Los jugadores, en su mayoría son del Cauca o del Valle del Cauca.
Los pereiranos disfrutan su primera estrella como campeones del torneo colombiano y esa noche, viendo el partido, sentí la misma felicidad que, años atrás, sentí, cuando el Deportes Quindío fue campeón y ocupaba los mejores puestos.
Desde esa noche, niños, jóvenes y adultos recordarán los nombres de los jugadores de un Deportivo Pereira que los hizo soñar y se despertaron con una estrella gigante en su escudo.
Así como recuerdo a aquellos grandes jugadores de mi equipo Atletico o Deportes Quindío:
Héctor” La sombra” Martínez, Dante Álvarez, Conde, Burbano, Bártoli, Frade, Larraz, Pantoja, Angulo, Gallego, Julio Marcarián. Tampoco olvido a Américo Alessandro Tissera, Manuel Dante Pais, Nelson “el viejito” Vargas, Alejandro Carrillo, “el manco” Gutiérrez, al inolvidable Roberto “Benitín” Urruti, Rubén Cantera, Nelson Silva Pacheco, Domingo Medrano, Morelli, Jorge Bermúdez, “Frijolito” Gómez, “Confite” Hernández, Alberto Castronovo. Los demás, se los dejo al “Pregonero de tu historia”, mi amigo Danilo Gómez Herrera, quien publicó “Quindío Campeón 1956, Deportivo Pereira, la historia continúa y hace poco, “Pinceladas”
Danilo Gómez Herrera, periodista deportivo y enamorado del Deportivo Pereira, viajó desde Medellín a transmitir para Radio Múnera esa gloriosa noche. Su jefe el paisita Luis Fernando Múnera Eastman “el alcalde del estadio”, tuvo que aguantarse la alegría y el desenfreno de Danilo, porque sabía que Danilo debía festejar esa gloriosa noche, aunque su equipo, el DIM hubiera perdido.
Era la noche de Danilo Gómez Herrera, Gustavo “el tato” Sanint y con dos estrellas en el cielo Francisco “Pacho” Benítez y Pedro León Londoño
Desde el 7 de diciembre, noche de las velitas en Colombia, se encendió una estrella en Pereira.
Ojalá, esa no sea una estrella fugaz.