Si uno sostiene en una mano un trozo de arcilla verde oscuro y en la otra un trozo de arcilla verde claro, se puede identificar enseguida los dos matices de color. No obstante, si uno amasa ambos trozos juntos hasta que queden bien mezclados, se verá un trozo de arcilla verde… al menos a simple vista. Al observarlo con atención, se logran percibir trazas de arcilla verde oscuro y claro, pero ya no es posible volver a separarla en dos masas de color diferente.
Esa es una imagen de lo que significa que un esposo y su esposa se conviertan en una carne: el amor une a la pareja, en especial cuando amalgaman algunas de sus diferencias y desarrollan una vida de objetivos, actividades y relaciones en común.
Una abuela le anunció a su pequeña nieta que Juan y Carmen vendrían de visita. Con ansiosa expectación prepararon un festín y limpiaron con esmero a la espera de los invitados. Cuando llegaron, la pequeña exclamó con los ojos llenos de asombro: Abuela llegaron dos personas. ¡Alguien vino con Juanicarmen!.
Cuando el nombre de uno se asocia de manera tan estrecha con el otro… ¡la arcilla está mezclada a la perfección!
La familia comienza con un compromiso de amor.
Vía Renuevo de Plenitud
Oh my love