Jaimito era un niño terrible, malo, malo, malo. Su mamá le dice:
– O te portas bien o te encierro en el cuarto, que ahí vive el diablo.
Jaimito no se portó bien, y su mamá lo encerró en el cuarto, al cabo de un tiempo la mamá oye tremendo ruido en el cuarto, golpes, vidrios rotos, etc., abre la puerta del cuarto y sale el un diablito llorando y dice:
– Señora, dígale a su hijo que me devuelva mi tridente.
En el colegio:
– Jaimito, conjuga el verbo andar.
– Yo, yo,…., yo, ….. yo ando….Tú, .. esto, tú andas…..
– ¡Más deprisa!
– El corre, nosotros corremos, ellos corren.
Jaimito le pregunta a su padre:
– Papá, si soy bueno, ¿dónde iré?
– Al Cielo, hijo.
– ¿Y si soy malo?
– Al infierno, hijo.
– ¿Entonces qué tengo que hacer para ir al circo?