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Por Manuel Gómez Sabogal
La paz, esa tan perdida y añorada, se ve lejana, cercana, a distancia. Unos disfrutan durante dos años de buen hospedaje, finas viandas, mientras otros siguen matándose y esperando. Pero, no quiero referirme al tema, pues se ha descuidado otro, mucho más grave: la corrupción.
Entre los países más corruptos del mundo, se destacan los africanos y los asiáticos, siendo los del norte de Europa los más honrados. Y Colombia no se queda atrás. Esa palabra corrupción se escucha, se lee, se ve por todas partes, como si a nadie le importara.
En nuestro país, es pan de cada día. No hay semana en la cual no se hable de actos corruptos en Colombia. Un escándalo sirve para tapar otro. Siempre sucede.
El caso de los 70 mil millones de pesos, dinero para los niños. Desaparecieron como por encanto y a hoy, nadie da razón de ello.
El dinero de valorización en Armenia, sigue extraviado. Nada ha pasado. No se ha recuperado. Está embolatado, perdido, guardado.
Es simpático cuando por ética, dicen que quiten unas vallas que pueden perjudicar a alguien, sin embargo, nada hacen contra los corruptos.
¿Qué piensan los jóvenes? Eso es lo preocupante. Cada día hay más y más egresados en todas las carreras. En cada carrera se estudia “Ética”. Pero es que la ética no es para estudiarla, sino para vivirla. La ética se vive desde pequeño, en cada familia, en cada hogar, los cimientos de los valores son importantes.
De no creer que, egresados de prestigiosas universidades, cargados de honores, sean corruptos. Hay congresistas que han mentido diciendo que tienen maestría o su tesis es original, cuando han descubierto que ha sido plagio. O en el peor de los casos, no se han graduado y pontifican como abogados.
– Un estudiante que miente, engaña, busca cómo defraudar, no debe graduarse.
– Un estudiante que engaña a una empresa internacional, con respecto a una práctica, no puede graduarse
– Un estudiante que entrega documentos falsos a su institución, no debe graduarse.
– Un estudiante que logra la firma de otra persona para que le validen una carta, con un logo de una empresa internacional, no puede graduarse.
– Un estudiante que presenta documentación falsa, indicando que realizó una práctica internacional, no puede graduarse.
– Un estudiante empieza a ser corrupto, gracias al ejemplo de muchos “profesionales” que aprendieron a robar.
Son frases de reflexión para los estudiantes universitarios que están a punto de graduarse. No pueden contagiarse de esta corrupción que está carcomiendo el mundo. Es muy fácil obtener un diploma, un título y luego salir a hacer lo que algunos egresados de connotadas universidades están haciendo.
La ética se debe vivir, pero estamos ante un mundo que está tomando todo con mucha tranquilidad. Los estudiantes, los recién egresados no pueden hacer parte de ese infame gremio de corrupción que comandan muchos políticos y personajes de gran renombre.
Las instituciones educativas deben tener directivos, docentes y egresados, íntegros en todo sentido. De lo contrario, ¿qué están aprendiendo quienes allí estudian? No podemos aceptar que la corrupción llegue y se incruste en las mismas.
“El deber de la juventud es pelear contra la corrupción”
Kurt Cobain
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