Y otras cosas
Los Equipos de Alto Desempeño: una llave para la cerradura del caos gerencial
Soy de los que piensa que un equipo es como una de esas ciudades-estado de la antigua Grecia: cada uno con sus propias normas, su propio sentido de la existencia, su propia ciudadanía y su propia forma de hacer las cosas. Por esto fácilmente pueden verse las guerras del mundo de hoy: hay guerras entre operadoras de telefonía, entre cadenas de comida rápida, entre fabricantes de gadgets, en fin, cada una con escenarios, normas y actores adecuados al contexto. Por esto, la calidad del recurso humano de las organizaciones es un factor directamente proporcional a los indicadores de productividad, éxito y, por ende, de supervivencia.
De esa percepción cualitativa del potencial humano surge el concepto de los Equipos de Alto Desempeño, para integrar operativamente a personas con diferentes talentos que catalizan la adaptabilidad, la capacidad operativa y las soluciones que aporta la empresa a sus clientes. David Sibbet y Alan Drexler, crearon una técnica para la creación de equipos de alto desempeño: es un modelo dinámico que a manera de mapa guía a los grupos a desarrollar sus facultades orgánicas a un nivel muy por encima de su capacidad inicial: este modelo o técnica es dinámico y su esquema semeja el movimiento de una pelota que rebota contra el suelo, esta acción dinámica viene definida por siete etapas bien definidas, sin embargo cada equipo es autónomo de elegir cómo quemar cada etapa:
1. Orientación: todos los integrantes de los equipos se preguntan POR QUÉ están allí, cuál es su posible ubicación y si los demás los aceptarán. Las personas necesitan algún tipo de respuesta para continuar.
2. Construcción de la Confianza: en esta fase los integrantes desean saber con QUIÉN trabajan, compartiendo sus expectativas, programas y aptitudes, compartiendo potenciales.
3. Establecimiento de los objetivos: aquí comienza el trabajo más concreto del equipo, aclarando sus objetivos en el sentido de optimizar procesos y productos, lo cual está directamente vinculado con saber cuáles son sus prioridades.
4. Compromiso: aquí ya está creado y organizado el equipo y termina la parte de análisis a lo interno y se debe tomar acción y tomar decisiones sobre cómo se manejarán los recursos, el tiempo, el personal, aquí se aceptan los roles de cada quien, para pasar a la siguiente etapa.
5. Implementación: los equipos empiezan a progresar cuando logran sincronizar el trabajo y deciden quién hace qué, cuándo y dónde. El tiempo y la programación dominan esta etapa.
6. Alto desempeño: cuando se logran dominar los métodos, un equipo puede comenzar a cambiar sus objetivos y responder ante el entorno de manera flexible. ¡Vean los pits de un corredor de Fórmula 1 y vean un equipo de Alto Desempeño trabajar! Allí se superan todas las expectativas.
7. Renovación: como todo, los equipos son humanos y se pueden cansar, son dinámicos y vivos, los integrantes cambian. Las personas se preguntan ¿por qué o para qué continuar? Ya es el momento de cosechar lo que se aprendió y prepararse para un nuevo ciclo de acción.
En conclusión, el éxito se basa no solamente en los líderes, sino en el equipo. Los líderes dan enfoque y orientación para que los equipos lleguen a ser de muy alto desempeño.
Pero eso es otra historia.