Remando sincronizados: tres pasos clave para un equipo de excelencia
Aunque parezca difícil de creer, el liderazgo autoritario cada vez ve más reducido su espacio de actuación. Ya esos líderes que controlaban todo en forma directa, asumiendo tanto el fracaso como el éxito de las organizaciones, están desapareciendo. La altísima capacidad de interconexión entre los seres humanos ha ido permitiendo el surgimiento y la consolidación de una cultura interoperativa y sistémica donde el esfuerzo colaborativo logra resultados cada vez más trascendentes y de mayor impacto. Ken Blanchard, Alan Randolph y Peter Grazier, autores del libro “GoTeam!” (Alienta Editorial, 2006) definen un “equipo de avanzada” como aquel conjunto de personas que pactan sin reservas en cinco aspectos fundamentales:
- Establecen un grupo interactivo, donde la comunicación no tiene prelaciones,
- Comparten información para generar altos niveles de confianza,
- Clarifican los límites de cada persona, no para decir lo que no se hace, sino para dar libertad en lo que se puede hacer,
- Respetan el tiempo tanto del equipo como del director del equipo y
- Emplean la autogestión de las aptitudes para tomar decisiones con visión compartida buscando generar resultados positivos para el equipo como un todo, para sus miembros por individual y para la organización que integran.
Ahora bien, ¿cómo lograr este estado virtuoso de desempeño?
Los tres expertos en desarrollo organizacional y liderazgo sugieren las siguientes etapas:
- Empezar a aprender las habilidades del siguiente nivel: las personas sobre la base de sus talentos, los acuerdos anteriores y a la luz de los procesos susceptibles de ser optimizados en la empresa, comienzan a indagar y a experimentar nuevas maneras de rendir más en sus obligaciones orgánicas.
- Acelerar el cambio: aquí hay una etapa de intercambio de información entre las personas para efectos de comenzar a refinar aquellos procesos que tienen “grasa organizacional” hasta tener procesos magros, directamente enfocados hacia los objetivos estratégicos y operativos.
- Dominar las habilidades: luego de haber establecido qué y cómo hacer las cosas, comienza un estado de ejecución monitoreada usando como patrón los indicadores claves de éxito a fin de lograrlos cada vez con mayor eficiencia. (más cantidad, menos tiempo, mayor satisfacción de clientes, menor empleo de insumos, etc.)
Lo anterior es un escenario realmente retador: no todos los días las personas se reúnen para sincerarse sobre los misterios que dominan de sus trabajos, por aquello de que “el amo de la información es el amo del mundo”, sin embargo, dicho refrán ya está cayendo en el baúl de las cosas fuera de moda, porque cada vez la superautopista de la información otorga datos a diestra y siniestra y quien menos se espera sabe de lo que es necesario para el buen funcionamiento de un equipo o de un proceso. Los equipos de trabajo que logren pasar por estas barreras de comunicación y negocien todo lo relacionado con sus facultades y límites, tendrán un largo camino ya recorrido y comenzarán a diferenciarse en forma cada vez más evidente de aquellos equipos donde todavía las estructuras tradicionales de liderazgo y trabajo se mantengan.
Estamos viviendo en un mundo donde el dinero no necesita ya monedas ni billetes, donde los bancos no necesitan tanto personal para atender al público y donde los estudiantes no necesitan tanto de un salón de clases para aprender, no es de extrañar que llegue el día cuando los grupos no necesiten tanto de un solo líder que los lleve hasta donde ellos quieran llegar. No, no sería extraño.
Jorge Sánchez Rojas
De Tecnología y Otras cosas