10 señales de que estás disfrutando tu trabajo
Ya sea que trabajes en una oficina o como empresario independiente, probablemente pases unas ocho horas del día trabajando. Quizás si le añades el traslado de tu casa al trabajo y viceversa llegues a las diez (o doce en Caracas, Venezuela).
Digamos que necesitas dormir ocho horas cada noche (que es el debe ser). Eso quiere decir que de tu tiempo disponible en un día normal, pasas el 63% en el trabajo, por unos cuantos años de tu vida.
Si vas a pasar tanto tiempo haciendo algo, debes asegurarte que estás disfrutando lo que estás haciendo. Y sólo tienes pocas oportunidades para ello en tu vida.
¿Y cómo lo puedes identificar? Acá se presentan algunas señales que denotan que estás disfrutando tu trabajo:
01. El tiempo vuela y no te das cuenta
Entras en un estado donde el tiempo deja de importar, lo que está enfrente de ti es lo que existe, y las preocupaciones se alejan. Eso pasa cuando estás haciendo algo que realmente es divertido (como tocar un instrumento musical que te apasione) o estando con alguien querido.
Pasa igual cuando estás haciendo un trabajo que te gusta. El tiempo pasa y miras a la ventana jurando que el sol acababa de salir cuando te das cuenta que ya está oscuro afuera.
Y lo mejor de todo es que te hace sentir bien.
02. Sientes que estás haciendo algo que vale la pena. Te sientes lleno.
Los humanos se sienten felices cuando están conectados con otros, pero también cuando dan o crean algo de valor. No tiene por qué ser la cura del cáncer (claro, eso puede ser asombroso también), y puede ser algo más simple como ser un carpintero y poder fabricar las cosas que la gente necesita o quiere. Cualquiera que sea el trabajo, tienes un profundo sentimiento de gratitud por ser capaz de ayudar y servirle a la gente. Sientes que estás dándole a los demás parte de tus ideas, habilidades y talentos.
Es una de las maneras de definir cómo viven las personas felices su vida, y cómo tu puedes ser feliz cada día.
03. Te emociona despertar en las mañanas
Si no te levantas en las mañanas todos los días con energía para ir a trabajar, algo debe faltarte. Claro, todos tenemos nuestros días de pereza. Pero si continuamente no te gusta pararte para ir a trabajar, quizás sea tiempo de cambiar.
Cualquiera que sea tu trabajo, debes estar emocionado al levantarte y prepararte para ir a trabajar. Quizás debas enfocarte en algo de tu trabajo que no hayas visto antes, pero debe poder levantarte y emocionarte.
04. Tus colegas y jefes son vistos como compañeros a quiénes hay que darles algo
Cuando ves a la gente con la cual trabajas, no sólo como cuerpos en un espacio edificado o como los que te dan la planilla XYZ para que la llenes, estás en el lugar correcto. Debes verlos como ayudantes con quienes vas a crear algo grande. Quizás no seas el jefe, o el que va a decidir qué van a crear, pero crees en lo que estás haciendo, y te gusta lo que haces y luchas con ellos para hacerlo realidad.
05. No te quejas
Mucha gente vive quejándose de sus trabajos:
- Es muy temprano
- Es muy lejos
- No me gusta la gente con la cual trabajo
- Odio lo que hago
Si eres un quejador consuetudinario, o necesitas cambiar tu estado mental (empieza a apreciar lo que tienes, comparado con estar desempleado y no tener con qué pagar tus gastos), o es tu guía interno señalándote que necesitas encontrar otro trabajo que disfrutes más.
Cualquiera que sea el caso, en los trabajos que disfrutas también pueden presentarse quejas acerca de la cantidad de trabajo o acerca de alguna tarea fastidiosa. Pero sabes que no es el común, y no se compara con la felicidad que recibes de hacer lo que te gusta.
06. No te importa el esfuerzo
Trabajar puede ser un sacrificio. Los escritores pueden pasar horas escribiendo y editando, y deben trabajar todos los días. Los artistas pueden hacer un retrato y botarlo al día siguiente. Los ingenieros hacen diseños defectuosos y deben regresar a la tabla de dibujo y repasar las ecuaciones y cuentas.
Pero cuando disfrutas de tu trabajo, no te importa. Te encanta el esfuerzo. Te encanta regresar, repasar, revisar las cosas, y ver el progreso que vas teniendo. El tener la meta final de producir algo asombroso vale la pena.
07. Te apasionas cuando hablas de tu trabajo
Cuando te preguntan, ¿en qué trabajas?, respondes con pasión. No puedes dejar de hablar acerca de ello. Eso es una señal de que amas lo que haces y quieres que todos lo sepan.
08. Sientes que el trabajo es una extensión de quien eres, es parte de tu personalidad
El trabajo deja de ser trabajo cuando no es solo una manera de llegar al final. El trabajo perfecto es algo que vive profundamente dentro de ti, y hace que puedas generar productos de asombrosa calidad luego de horas de labor. Te estás expresando, te sientes maravilloso y eres congruente con ello.
09. Te interesan tareas que no han sido asignadas a ti
Cuando disfrutas del trabajo, quieres aprender acerca de la compañía en la que trabajas, o acerca de cosas que no son directamente de tu responsabilidad, pero que tienen que ver con el trabajo en general. Aún si no tienes que hacer algunas tareas, las haces para aprender más.
10. Te sientes cansado al final del día, pero satisfecho
Hay una diferencia entre sentirte cansado porque has hecho muchas cosas, y sentirte cansado porque tuviste que pelear y gritar todo el día usando parte de tu fuerza de voluntad. Si te sientes cansado, pero satisfecho, feliz, realizado, por haber producido algo de valor en tu trabajo, quiere decir que lo estás haciendo bien.
Recuerda
Tu trabajo va a llenar gran parte de tu vida, y la única manera de estar verdaderamente satisfecho es hacer lo que tu crees que es un gran trabajo. Y la única manera de hacer un gran trabajo es amar lo que haces. Si no lo has encontrado aún, sigue buscando. No te conformes. Así como ocurre con los asuntos del corazón, tu sabrás cuando lo encuentres.
Steve Jobs
Traducido por Luis Castellanos de publicación en LifeHack