Muchos dirían que ser padre/madre es la mejor experiencia de la vida, no solo por el hecho de tener hijos y amarlos ciegamente, sino porque en el viaje de la crianza, los padres se enfrentan a diferentes obstáculos y aprenden múltiples lecciones.
Estas son algunas de las lecciones más importantes que enseña la paternidad y maternidad.
1. A veces, no hacer nada es la mejor forma de ayudar
Todos los padres quieren ayudar a sus hijos tanto como sea posible. Es fácil sumar, restar, multiplicar o tomar un vuelo a medianoche para “rescatar” a un hijo en apuros del otro lado del mundo. Sin embargo, en situaciones puntuales, la mejor forma de ayudar es no hacer nada.
No intervenir y permitir que tus hijos aprendan a afrontar las consecuencias de sus actos también es una demostración de amor. Estar ahí siempre, incondicionalmente, te hace un padre/madre amorosa, pero tener la suficiente determinación para ayudar a tus hijos a crecer y madurar te hace un padre/madre extraordinaria.
2. Amar y depender son cosas distintas
Durante los primeros años de vida, todo lo que un niño sabe sobre la vida lo aprende de sus padres o familiares. Pero una vez que comienza a ir a la escuela, sigue aprendiendo y creciendo de manera independiente, lo que significa que comienza a hacerse una imagen personal del mundo.
Con el tiempo, tus hijos dejan de necesitarte para tareas cotidianas como vestirse, darse un baño, lavarse los dientes y tomar el autobús. Luego, aprenden a conducir, ir al médico solos si se sienten mal, buscar un empleo y sostener un hogar propio.
En este proceso transformador, muchos padres extrañan esos primeros años de vida en los que un niño depende 100% de papá y mamá; sin embargo, es necesario aprender que hay una gran diferencia entre amar y depender.
Crecer no significa que tus hijos dejarán de quererte o que no contarán con tu opinión cuando necesiten ayuda, más bien es un motivo de orgullo ver el resultado de todo el trabajo que hiciste al criarlos.
3. Tener hijos es un examen de confianza
No puedes estar con tus hijos las 24 horas del día, así que es imposible observar y supervisar sus actos. Visto así, ser padre/madre es una prueba de confianza, ya que solo puedes confiar en que has equipado a tus hijos con las herramientas necesarias para tomar buenas decisiones.
Ahora, si tu hijo no resulta ser la persona que esperabas no significa que hayas fracasado. En el fondo, lo que cuenta es saber que hiciste lo mejor que pudiste.
4. Los hijos son de la vida
La lección más difícil que se aprende cuando eres padre/madre es aceptar que tus hijos en realidad no son tuyos, sino de la vida. Los hijos son un legado que se hereda a la Tierra y a la humanidad, y esta debe ser la principal motivación para criar personas autosuficientes, productivas y honestas.
Por supuesto, por mucho que tus hijos crezcan seguirás siendo para siempre su padre/madre, y nunca crecerán lo suficiente como para dejar de cuidarlos.
5. La genética no puede más que la crianza
Tanto la genética como el estilo de crianza van a determinar el tipo de persona en el que se convertirá tu hijo. Una lección muy importante en este sentido es: “No confíes demasiado en los genes, tampoco asumas nunca que tus hijos serán iguales a ti.”
Cualquiera que diga que tener hijos es una experiencia gratificante todos los días probablemente esté exagerando. Los niños son una alegría y un privilegio, pero la crianza no siempre es fácil. El proceso requiere de mucha fortaleza y paciencia, pero nos enseña valiosas lecciones de vida que, finalmente, son decisivas para tener una vida mejor.