Por Manuel Gómez Sabogal
“En una jerarquía, todo empleado tiende a ascender hasta su nivel de incompetencia”
Lawrence J. Peter
Teniendo como base esta interesante frase, quiero referirme a aquellos incapaces de realizar algo superior a sus fuerzas o aún más, a sus escasos esfuerzos. Se da en muchas empresas, en el gobierno y entre los políticos, especialmente.
Lo más fácil se hace sin problema alguno. Es sencillo, no hay qué luchar, madrugar, trasnochar. Nada. Simplemente, se hace lo sencillo, porque de ahí no se pasa para no mortificarse tanto.
Cuando se ha hecho un evento de carácter nacional y no se cuenta con actitud ni aptitud para continuar con esa labor, se prefiere recurrir a organizar algo pequeño, simple, sencillo y que no cause tanto trabajo. Porque eso es mejor para la comunidad.
Por eso, en muchas empresas, quienes son decididos, laboriosos, trabajadores, son envidiados y se les deja aparte. Los perezosos se hacen los que trabajan, presentan un proyecto fácil de ejecutar, incluso, copiado y pegado, calcado de otras empresas o de otros gobiernos y con eso queda todo saldado.
Aquellos que hacen protagonismo sin tanto trabajo, logran felicitaciones, condecoraciones, porque lo que hacen se ve en el círculo cerrado de sus amigos. No van más allá, porque no son capaces. Su nivel de incompetencia es tal, que se quedan en el veremos. No son capaces de mostrar más, porque su nivel está en lo más alto.
Los incompetentes y mediocres se conocen fácilmente. Se dejan ver y se dejan sentir en la empresa o en el gobierno. De ahí no pasan.
La actitud medio positiva, medio negativa es la que a muchos les enseña a dejar todo para lo último. Cuando lo realizado un año atrás fue bueno y no se quiere pasar de ahí, se espera a que se acerque la hora de coordinar sobre el tiempo para decir “es que ya no alcanzamos”. Y tuvieron un año para organizar, coordinar, ensayar, evaluar, empezar. Prefieren hacer todo a última hora para que las cosas salgan “bien”, según ellos.
Esta última parte es parecida a lo que sucede en el congreso. Todo para última hora y a pupitrazo limpio.
Por eso, muchos eventos que se dicen nacionales, pierden su valor. Por personas incompetentes, incapaces. Y lo que antes fue exitoso, se vuelve “normal”. “Se hace lo que se puede”.
¡Qué tristeza! Quienes están en un cargo y se enseñan a hacer todo como siempre se hace, porque así es, seguirán hasta el final con esa concepción, porque creen que lo más fácil es mejor. El menor esfuerzo es el resultado de los incompetentes.
Porque definitivamente, hay mucho incompetente y mediocre…