Las cosas que nunca debes decirle a tu jefe
“El que sabe, sabe y el que no, es jefe”, reza el dicho popular. Una frase maliciosa que muchos repiten pero jamás, delante de un superior. Y más allá de la buena relación que podamos tener con nuestro empleador, hay momentos de fricción en los que se nos cruzan por la mente algunas ideas que a ellos no les gustaría escuchar.
Claro que muchas veces la furia inhibe nuestros filtros y corremos peligro de conservar el empleo. ¿Qué cosas debemos reprimir aunque la razón esté de nuestro lado? Acá te contamos algunas de las más comunes.
Activando filtros
* Ahora estoy ocupado, lo hago más tarde: cuando un jefe ordena algo es porque quiere una solución cuanto antes. Si estás segura de que no es necesario el apuro por esa tarea, es preferible decirle que lo harás y luego elijes el orden de prioridades. Pero no hace falta comunicárselo. Si, de lo contrario, no sabes cuál de las tareas priorizar no esta mal preguntárselo.
* Es culpa de mi compañero: de esa manera, más que demostrar tu inocencia ante un error estás dejando en claro que no eres un buen compañero. En estos casos, es preferible sólo informar que no has sido tú el autor del traspié y pensar una solución inmediata.
* Ya terminé mi trabajo: a veces sabemos que la tarea está lista y nos disponemos a perder el tiempo para que llegue pronto la hora de volver a casa; quizás usando las redes sociales, algún juego en el celular o en Internet. Si tu jefe te descubre lo peor que puedes hacer es argumentar que has terminado tu trabajo, porque para él siempre habrá alguna tarea más por hacer dentro del horario laboral, antes de derrochar el salario que te da la empresa.
* No me gusta hacerlo o esta tarea no me corresponde: no todo lo relacionado al trabajo tiene por qué gustarnos; por otra parte, a las compañías no les gustan las personas negativas. Si no quieres que te pongan entre ceja y ceja es preferible callar y hacer lo que piden. Si sientes que las tareas que no estaban en el acuerdo previo se vuelven una costumbre y piensas que tú estás sobrecalificado para ese trabajo, es preferible concertar una reunión y plantearlo de forma estratégica, de manera que nadie se sienta ofendido. Lo importante en estos casos es demostrar que te gusta estar motivado y que te planteen nuevos desafíos.
* Usted lo hace mal: los jefes también se equivocan pero no por ello tenemos que hacerlos quedar en falta. Es que algunos trabajos específicos nos resultan más sencillos a nosotros, debido a que estamos más familiarizados por hacerlos cotidianamente. Sin embargo, a ellos no les gusta que les marquen los errores, por eso lo mejor es dejarlo pasar o si es necesario corregirlo plantearlo de una forma sutil.
* Mentí en el currículo: se sabe que no siempre todo lo que dice en la carta de presentación es cierto. Pero avisar de antemano que hemos faltado a la verdad puede otorgarnos desde el principio una mala imagen. Es mejor ser reservado y enmendar errores cuando sea necesario.
* Ayer me pidió lo contrario: suele suceder que nos den órdenes y contraórdenes que nos resultan muy confusas y molestas. Pero, otra vez, no les gusta que los dejemos en evidencia. Por eso es preferible trasmitirlo delicadamente y demostrar que siempre tenemos en cuenta todo lo que ellos dicen.
* Dígamelo de buena manera: no es justo ni es correcto ningún tipo de maltrato. Pero quizás en un momento de furia es conveniente dejar que las aguas se calmen para emitir la contestación. No es recomendable enfrentarlo porque eso puede dejarnos directamente fuera del empleo. Lo mejor es plantear el modo en que deseamos que se dirijan hacia nosotros en otro contexto más apacible.
* No puedo porque tengo problemas en casa: por más buena onda que tenga un superior, a la compañía no le interesan los problemas personales de sus empleados. Ellos solo quieren ver si el sueldo está justificado. Por eso, lo más adecuado es tratar de separar y no llevar los conflictos de casa al trabajo, aún en los peores días.
* Voy a descansar un rato: no es necesario informar lo que harás, porque nunca va a caer bien. Sabemos que no somos máquinas pero no es un problema de la empresa. Por eso, si piensas tomarte unos minutos para distenderte trata de que sea disimuladamente y jamás hagas un abuso de confianza.
Paula Halperín. Vía Blogs Yahoo!