Se encuentra un médico examinando a una joven, y le dice:
– Su corazón, pulso y corazón se encuentran bien.
– Ahora déjeme revisar esa cosita que a ustedes las mujeres siempre las mete en problemas.
La mujer, sin pensarlo dos veces, se quita la ropa, se monta en la camilla, y abre las piernas.
Cuando el médico se voltea y la ve, y le dice:
¡¡No!! ¡Póngase su ropa! ¡Soló quiero revisarle la lengua!