¿Primer día de trabajo? Sigue nuestros consejos y todo irá bien
Lo has conseguido. Después de los nervios, del proceso de selección, de la entrevista que pensabas que no te había ido muy bien. Te han elegido para el puesto y mañana empiezas. A la felicidad por haber conseguido el empleo se le suman incertidumbre y nervios por el primer día de trabajo. Es normal, es buen síntoma, significa que te importa este trabajo y quieres causar una buena impresión en él. Para evitar que los nervios influyan en tus primeros pasos en la nueva empresa, te mostramos algunos consejos que te pueden ayudar.
Sé puntual y no arriesgues con la ropa
Como es posible que no tengas bien calculado el tiempo del trayecto al trabajo sal con tiempo y ya irás ajustándolo día a día. Opta por vestirte de una manera sencilla y acorde con tu puesto y el lugar de trabajo. No es lo mismo trabajar de periodista que en un banco o de informático. Adáptate.
Lleva contigo un bolígrafo y un cuaderno
Es más que probable que no puedas retener todo lo que te cuenten el primer día de trabajo así que lo ideal es apuntártelo todo. Si además trabajas con ordenador es posible que te faciliten cual será tu correo electrónico y las contraseñas de acceso.
Pregunta en caso de duda
Que no te sepa mal preguntar. Es normal que el primer (y primeros) día te surjan algunas dudas, así que no te cortes en preguntarlas. Es mucho mejor que intentar hacerlo por tu cuenta y provocar algún error o preguntar cuando ya llevas unos días en que se supone que deberías de tener controlado este tema. No te preocupes, tus jefes y compañeros entenderán que les consultes más cosas los primeros días.
Intégrate con tus compañeros
Eres tú el que llega a un lugar con unas rutinas preestablecidas. Adáptate a ellas y realiza los descansos y pausas con ellos. Les vas a ver muchas horas a la semana así que sé amable y hazles algunas preguntas, ellos seguramente te corresponderán y tu llegada será más fácil.
Relájate y no te agobies
Los primeros días suelen ser muy intensos, no te estreses y date tiempo para adaptarte. Poco a poco irás haciendo las tareas con más seguridad y de manera más rápida. Cuando lleves dos semanas ni recordarás los nervios de la primera vez que entraste por la puerta de tu recién estrenado nuevo empleo y todo será pan comido.
Vía IberEstudios