Los smartphone actuales pueden presumir de ofrecernos infinidad de características que a diario nos facilitan la vida, sin embargo, todos ellos tienen en común un gran lastre, que no es otro que la necesidad de recarga constante de su batería. Hemos avanzado enormemente en aspectos como la mayor potencia, mejor visualización, la gran conectividad y el uso de pantallas extra grande. No obstante, el consumo de energía es tan salvaje que por regla general se hace necesario una o varias recargas diarias.
Su tecnología de fondo
La mayoría de los dispositivos móviles modernos utilizan baterías de iones de litio recargables que constan de dos partes principales: un par de electrodos y el electrolito entre ellos. Los materiales que estos electrodos varían (pueden ser de litio, grafito o incluso nanocables), pero todos se basan en la química de litio. Es un metal reactivo, lo que significa que tiene una tendencia a combinarse con otros elementos. El litio puro es tan reactivo que puede inflamarse en el aire, por lo que la mayoría de las baterías utilizan una forma más segura llamada óxido de litio y cobalto. Entre los dos electrodos es el electrolito, que es generalmente un disolvente líquido orgánico que permite que los electrones fluyan entre ellos Cuando una batería de iones de litio se carga, las moléculas de óxido de cobalto y litio capturan y retienen los electrones, que luego se liberan cuando la batería está en uso, por ejemplo, cuando llamamos por teléfono. Veámos los consejos.
Revisa las actualizaciones
Muchas de las aplicaciones, Widgets y fondos de escritorio se basan en la conexión constante a Internet para mostrar la información actualizada. Te recomendamos que revises la periodicidad con la que cada aplicación se actualiza y ajustes cada una a tus necesidades, limitando el uso de datos y el número de veces que se actualizan al día. Desactiva las que menos consultes y fija en las menos importantes que la actualización sea manual.
Comunicación y servicios de localización
Controla en mayor medida el uso que el móvil hace de las conexiones inalámbricas y actívalas sólo cuando sea necesario. No sólo la conexión Wifi consume batería, sino también las conexiones entre dispositivos por Bluetooth, así como los servicios de posicionamiento por GPS. Existen infinidad de Apps que hacen un uso desmesurado del GPS con el fin de posicionarte o facilitar seguimiento de rutas, y la utilización de mapas por GPS a nivel de calle requiere de más batería.
Menos consultas por voz
Tanto Siri en los iPhone, como cualquier otro asistente de voz en Android o Windows Phone, utilizan la conexión de datos de manera constante para responder a las cuestiones que lanzamos al teléfono. Conviene tenerlo en cuenta y al menos utilizarlo en menor medida cuando la carga de la batería sea especialmente baja.
Ajustes de la pantalla
A todos nos gusta visualizar las pantallas Retina o Super AMOLED Plus en su máximo esplendor, pero conviene fijar el nivel de brillo de la pantalla en modo automático. Las últimas versiones de sistema operativo suelen ofrecer una estimación de consumo y la pantalla es la más devastadora. Revisa los tiempos de desconexión y opta por “wallpapers” o fondos de escritorio pasivos que a la larga consumen menos batería. Además, los principales sistemas operativos de los móviles (Android, iOS y Windows Phone), ofrecen acceso rápido a la parte de conectividad y brillo de la pantalla, de forma que podemos incluso fijar una iluminación inferior al brillo del modo automático que nos brinda el sistema. Conseguiremos alargar la autonomía de la batería.
Notificaciones
Está comprobado que la utilización de alertas visuales en lugar de vibración permite mejorar la autonomía. Pero sobre todo, desactiva la típica vibración que se produce en pantalla fruto de pulsar las teclas. Si utilizas a menudo WhatsApp para comunicarte, mejorarás el rendimiento del móvil. El correo en modo push-email puede que no sea tan determinante para ti. Configúralo así solo cuando sea estrictamente necesario. De igual modo, utiliza alguna aplicación que te ofrezca una gestión centralizada de las redes sociales con el fin de no tener varias aplicaciones abiertas de manera constante.
Modos de ahorro
Muchos de los terminales con Android Jelly Bean ya contemplan dentro de ajustes la función de ahorro de batería, de modo que cuando su nivel se encuentra por debajo de un determinado porcentaje, el móvil despliega sus propios ajustes para conseguir durar más. También existen enGoogle Play y en la App Store aplicaciones específicas que te ayudarán a mejorar los valores. Algunos fabricantes personalizan los móviles con software adaptado a este fin.
Ojo con los wearables
El uso masivo de dispositivos wearables, como bandas, podómetros o relojes inteligentes, está propiciando que sea necesario mantener la conectividad Bluetooth del teléfono activa para comunicarse con este tipo de dispositivos. Puede que en ocasiones no sea necesario tener activa la señal, debido a que tenemos cerca el smartphone. También podemos fijar horarios de noche en los que no es necesario que el smartwatch y el smartphone se encuentren comunicados. Trata de adoptar medidas que te permitan realizar un consumo excesivo de la batería. Aunque la última especificación de Bluetooth 4.0 apenas consume energía, no deja de ser un elemento más de comunicación.
Abajo con los mitos
Lejos ha quedado la época en la que era recomendable agotar su carga para ser recargadas. Tampoco es necesario que la primera carga sea completa para que no afecte a su duración, un mito heredado de los modelos de Níquel. Las actuales de Iones de litio presentan más densidad energética, lo que no quita que tengan un número limitado de ciclos, y con el paso del tiempo, su capacidad original se reduzca. Una vez superados los 4 años de uso conviene plantearse su sustitución. Mientras tanto, realiza al menos un ciclo de carga completo al mes para mantenerla en forma.
Los iones de litio suelen ser los más utilizados en la batería porque pueden almacenar más energía en el espacio más pequeño. Eso se mide en función de la densidad de energía específica, que se refiere a la cantidad de energía en vatios-hora, que un kilo de la batería puede contener. En los iones de litio la cifra puede estar entre 150 y 250 Wh/Kg, mientras que una batería de níquel e hidruro metálico (NiMH) de la batería puede contener en torno a 100 Wh/Kg. En otras palabras, las baterías de iones de litio son más pequeñas y ligeras que el resto, y eso significa que los dispositivos pueden más pequeños con una mayor vida útil de la batería.
La capacidad de una batería se mide en miliamperios-hora (mAh), que indican la cantidad de energía de la batería puede suministrar en el tiempo. Por ejemplo, si la batería tiene una clasificación de 1000 mAh, podría ofrecer 1.000 miliamperios de potencia durante 1 hora. Si el dispositivo utiliza 500 miliamperios, la batería debe durar aproximadamente 2 horas.
Vía PC World